Mediación papal por sorpresa ante Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos

papa Francisco recibe a Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe para hablar sobre el proceso de paz en Colombia 16 diciembre 2016

Los reúne a última hora y les llama a un “diálogo sincero” por la paz en Colombia

papa Francisco recibe a Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe para hablar sobre el proceso de paz en Colombia 16 diciembre 2016

ANTONIO PELAYO (ROMA) | La jornada del 16 de diciembre no fue una de las más tranquilas en la vida de los que seguimos habitualmente la actividad del Papa y de la Santa Sede. Esa mañana, como estaba previsto y anunciado, Francisco iba a recibir al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, que se encontraba en Europa para recibir el Premio Nobel de la Paz y visitar diversas capitales del viejo continente. Hasta ahí todo normal.

La víspera, sin embargo, llegó desde Bogotá la noticia de que su predecesor en el cargo, Álvaro Uribe, se disponía a viajar a Roma para entrevistarse con el Santo Padre. Lo había anunciado el propio senador, aclarando que había recibido una llamada del secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, invitándole a estar en el Vaticano ese mismo día. Se supo, pues, que estaba atravesando el Atlántico en un vuelo privado del que se desconocía a qué hora podría aterrizar en el aeropuerto romano de Ciampino. La Sala de Prensa de la Santa Sede ni confirmaba ni desmentía la noticia a los informadores que montábamos guardia en la Plaza de San Pedro y circulaban todo tipo de hipótesis.

Los acontecimientos se desarrollaron así: Santos fue recibido por el Papa a las diez y media en la Biblioteca del Palacio Apostólico. El encuentro duró veinte minutos, a los que hay que añadir otro cuarto de hora ocupado en la presentación al Papa del amplio séquito presidencial –ministros de Asuntos Exteriores y de Comercio, entre otras personalidades, incluida su esposa– y el habitual intercambio de regalos. El primer mandatario se trasladó después a la primera loggia para entrevistarse con Parolin y Paul R. Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados.

A esa misma hora aterrizó el avión de Uribe, quien se dirigió al Vaticano, donde fue recibido a las doce por el Pontífice durante otros veinte minutos. A ambos interlocutores se les había planteado la posibilidad de ser recibidos conjuntamente por Bergoglio y la respuesta fue positiva por las dos partes. A las doce y treinta y cinco minutos comenzó el diálogo a tres bandas, que finalizó en torno a la una.

Poco después, se hacía público el comunicado de la Sala de Prensa, en el que se afirmaba que, en las conversaciones (“cordiales”, como era de suponer), “se ha expresado reconocimiento por el apoyo del Papa al proceso de paz, así como la esperanza de que dicha paz sea estable y duradera. En este sentido, se ha puesto de relieve la importancia del encuentro y de la unidad entre las fuerzas políticas colombianas y del compromiso de las FARC-EP, mientras la Iglesia local podrá continuar ofreciendo su contribución a favor de la reconciliación nacional y de la educación al perdón y la concordia”.

Viaje papal, cuando el proceso esté “blindado”

Sobre la trilateral apenas celebrada, el comunicado se limitaba a constatar que “el Papa habló de la ‘cultura del encuentro’ y señaló la importancia de un diálogo sincero entre todos los actores de la sociedad colombiana en este momento histórico”. En un breve intercambio con los periodistas, el director de la Sala de Prensa, Greg Burke, confirmó que el Papa mantiene su deseo de visitar Colombia, pero que el viaje no se realizará hasta que el proceso de paz no esté “blindado”, es decir, hasta que se logre un consenso nacional.

El primero en dar su versión del encuentro con el Papa fue el senador Uribe, quien confirmó que tanto él como Santos habían expuesto al Pontífice sus respectivas posiciones, sin comprometerse a cambio alguno de las mismas. “Le pedí al presidente algunas modificaciones del acuerdo firmado con las FARC y alguna apertura delante de Su Santidad”.

El presidente de la República, a su vez, dijo: “Como hemos hablado ante Su Santidad, la paz se construye como una catedral, ladrillo a ladrillo, y eso requiere el esfuerzo de muchas gentes durante mucho tiempo. Y eso es lo que Colombia tiene ahora por delante, afortunadamente, ya sin el lastre de la guerra”. Un poco más adelante, aseguró que el Papa le había reiterado el apoyo al nuevo acuerdo de paz firmado después del referéndum, tras el consiguiente proceso de implementación del mismo, por vía parlamentaria.

papa Francisco celebra su 80 cumpleaños con sintecho

El Papa cumplió 80 años el 17 de diciembre e invitó a desayunar a ocho personas sin hogar

80º cumpleaños de Bergoglio

Cambiando de tema, aunque es sabido que Bergoglio no es amigo de autocelebraciones, era difícil que su octogésimo cumpleaños, el 17 de diciembre, pudiera pasar desapercibido. Ya en la audiencia del miércoles 14 tuvo que soplar sobre las velitas de una tarta que le presentaba un grupo de fans.

Al agradecer las felicitaciones que en nombre de los grupos presentes en el Aula Pablo VI le hacían llegar los monseñores de turno, Bergoglio se tomó la libertad de hacer este comentario jocoso: “Me gustaría contaros algo que os hará reír. En mi tierra, felicitar antes de tiempo trae mala suerte. Y el que felicita anticipadamente es un gafe”.

Llegado el día en cuestión, el Papa quiso comenzar la jornada invitando a desayunar a un grupo de sintecho (ocho personas en total, dos mujeres y seis varones de nacionalidades diferentes). Le acompañó hasta la Casa Santa Marta el limosnero de Su Santidad, Konrad Krajewski, y durante media hora compartieron con el Papa un desayuno en el curso del cual cada uno contó su historia y recibió de Francisco su simpatía… y unos dulces argentinos.

A las ocho, el Santo Padre concelebró con los cardenales residentes en Roma una eucaristía en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico. Al finalizar la misma, quiso dirigir unas palabras de agradecimiento a los presentes (entre los cuales figuraban algunos de sus más notorios detractores). “Desde hace días –les dijo–, me viene al pensamiento una palabra que parece fea: vejez. Por lo menos da miedo, da miedo… Recuerdo lo que os dije el 15 de marzo de 2013, en nuestro primer encuentro: ‘La vejez es fuente de sabiduría’. Esperamos que también para mí lo sea… También recuerdo un poema de Ovidio: Tacito pede lapsa vetustas (Con paso silencioso, te llega la vejez). Es un golpe. Pero, cuando uno la piensa como una etapa de la vida que viene para traer alegría, sabiduría, esperanza, uno revive. Y también me viene a la mente otra poesía que os cité ese día: ‘La vejez es tranquila y religiosa’ (Hölderlin). Rezad para que la mía sea así: tranquila, religiosa y fecunda. Y también alegre”.

El emotivo e intenso día finalizó con un concierto de beneficencia en el Aula Pablo VI (al que no asistió Bergoglio), cuyos beneficios económicos estaban destinados a construir un hospital infantil en Bangui, la capital de la República Centroafricana, y a ayudar a las víctimas del último terremoto que ha asolado el centro de Italia.

Publicado en el número 3.017 de Vida Nueva. Ver sumario

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