El amado en el amante

El amor y el arte fueron los temas de reflexión y análisis profundizados en el
VI Congreso Internacional de Literatura, Estética y Teología


“La experiencia de la belleza es una experiencia que une en la diferencia”

Dante Alighieri, Pablo Neruda, Carl Jung, Ludwig van Beethoven y su Fidelio, el cuerpo social herido como texto del amor y del desamor, la nupcialidad como figura del amor teologal y la estética teológica fueron algunos de los temas analizados entre el 17 y el 19 de mayo en el VI Congreso Internacional de Literatura, Estética y Teología, organizado por la Asociación Latinoamericana de Literatura y Teología (ALALITE) y por las Facultades de Filosofía y Letras y Teología de la Universidad Católica Argentina (UCA).

Fueron tres jornadas desarrolladas en el Campus Puerto Madero de la UCA y en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires bajo el lema El amado en el amante. Figuras, textos y estilos del amor hecho historia, en donde a través de conferencias, paneles y charlas se trató de establecer un diálogo entre diversas disciplinas para entender el fenómeno del “amor”.

Durante esos días, los disertantes que se destacaron fueron Piero Coda, del Instituto Universitario Sophia, Firenze; el filósofo francés Emmanuel Falque, y el escritor español especializado en meditación, Pablo d´Ors.

 

Universal en todas las culturas

“La visión cristiana tiene mucho para decir acerca del amor”, asegura Alejandro Bertolini, presidente de ALALITE, en conversación con Vida Nueva. Y agrega: “El amor es universal en todas las culturas, en todas las filosofías por activa o por pasiva, por vía positiva o vía negativa, pero nos parece también que hay mucha verdad sembrada en la realidad y en la cultura de la que, como cristianos, tenemos que dar cuenta”.

Para profundizar sobre del amor, el tema abordado en este Congreso Internacional, Cecilia Avenatti de Palumbo, vicepresidenta de esta asociación, explica: “El arte se vincula con la espiritualidad a través del lenguaje simbólico que es el lenguaje propio de las artes, de la literatura y también de la espiritualidad. Es un lenguaje simbólico y a la vez existencial”.

Más allá de la manifestación artística como un lenguaje, Avenatti sostiene que el arte puede fomentar la fe “en la medida en que representa una instancia inmediata anterior a la conceptualización y por lo tanto propone una experiencia estética de la fe y el encuentro con la figura que se manifiesta en el arte y la figura que se manifiesta en la revelación divina. De modo tal, la instancia doctrinal no desaparece en el ámbito de la fe, pero queda pospuesta a un segundo momento de comprensión, de interpretación y que es posterior al impacto, a la irrupción de la fe a través de este lenguaje simbólico”.

“Los grandes místicos de la historia de los santos –opina Bertolini– usaron un lenguaje que habitualmente era prohibido. Para cierta visión del cristianismo está prohibido hablar de placer, de gozo, de amantes porque son conceptos que pertenecen a un universo semántico de significados que está más del lado de lo condenable que de lo divino”. Sin embargo, agrega: “San Juan de la Cruz, el mayor místico que tenemos en Occidente, cuando se refiere a la trinidad en uno de sus poemas dice ‘como amado en el amante uno en otro recibe’, no dice como esposa y esposo, o como marido y mujer, sino como ‘amado en el amante’, que es distinto. Pero no porque esté pensando en una relación clandestina, sino porque hay muchos maridos y esposas que no son amantes, que no viven la nupcialidad. Porque el verdadero amor es profundamente humano y profundamente religioso”.

 

Cuando las diferencias desaparecen

Para Avenatti, “con este diálogo que propone ALALITE es posible la recomposición del tejido social porque la experiencia de la belleza es una experiencia que une en la diferencia. Cuando vamos a un concierto no le preguntamos al que está al lado cuál es la aspiración política, si cree en Dios o no cree, si es cristiano, judío o musulmán. Al escuchar la música, al participar de una representación teatral o simplemente leer una poesía hay un punto donde las diferencias desaparecen y nos encontramos todos participando de la plenitud de una experiencia que supera estas aristas del desencuentro”.

Además de estas diferencias es importante tener en cuenta que el tema del amor “contribuye a esta unidad. Es decir, por un lado, la experiencia estética, y por otro, la temática del amor que está muy vinculada con la experiencia estética y, por supuesto, con la experiencia de fe”, sostiene la vicepresidenta de ALALITE. Y explica: “En la experiencia humana, el amor es lo que todos deseamos. Todos deseamos amar y ser amados y en eso se juega nuestra felicidad y nuestras aspiraciones más profundas, también ser amados por un Dios que es amor”.

El VI Congreso Internacional de Literatura, Estética y Teología tuvo 110 exposiciones de artistas que prepararon diversas obras sobre el amor y que fueron expuestos en distintos momentos. “Hubo exponentes de primera línea, gente realmente creativa desde disciplinas tradicionales. Gente creativa y de frontera, caminantes de frontera, gente que anda por la frontera y me parece que la frontera hoy es un espacio muy sugerente para dar a luz la verdad, el encuentro con lo distinto. El intercambio de saberes genera novedad”, sostiene Bertolini.

Conjugando diversas disciplinas, experiencias y saberes, a través de este Congreso Internacional, ALALITE logró reflexionar profundamente sobre una dimensión absolutamente vital y que muchas veces es ignorada: el amor.

 



ALALITE

La Asociación Latinoamericana de Literatura y Teología (ALALITE) lleva adelante desde hace una década el diálogo entre las artes y la espiritualidad en clave cristiana. Surge como respuesta a la convocatoria realizada por el Concilio Vaticano II en orden a promover el diálogo de la Iglesia con el mundo de la cultura. Este enfoque interdisciplinario posibilitó que algunos teólogos de la segunda mitad del siglo XX se plantearan el estatuto epistemológico y sus posibilidades metodológicas en vistas a establecer un intercambio necesario, fecundo y eficaz entre fe cristiana y cultura, con el espíritu de recomponer el tejido social a partir de la experiencia de la belleza que vincula

El propósito de esta asociación es contribuir a una evangelización de la cultura que, respetando los ámbitos y competencias de cada disciplina y región, les insufle el aliento divino de la esperanza, del amor y de la comunión que brotan de la fuente perenne de la belleza.

 

 

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