¿Por qué tan difícil?

¿Porque es tan difícil la reconciliación de las partes en conflicto? ¿Por qué se muestra tan esquivo el proceso de paz?

Creo que no sabemos recorrer el camino para hacer la paz en el entorno familiar o laboral, donde la convivencia no es fácil. Menos aún en el ámbito nacional donde se está jugando la paz que anhelamos los colombianos y ni qué decir respecto a la violencia que sufre la población mundial.

Pienso que en gran parte se debe a que desde el hogar aprendemos a imponer nuestros puntos de vista y nuestros caprichos, a convencer por la razón o por la fuerza, a defender nuestros derechos y a desconocer los intereses de los demás. Porque aprendemos a ganar y a no perder; que para resolver conflictos, uno gana y otro pierde, y gana el más fuerte, o el más pícaro.

Pero cuando una de las partes gana y la otra pierde –la solución “ganar-perder”– quedan resentimientos, agresividad, y la experiencia muestra que en ningún escenario esta solución hace la paz.

Pocas veces aprendemos que es posible enfrentar diferencias y conflictos mediante acuerdos en los que las dos partes pueden ganar. Que es posible conciliar, es decir, buscar un terreno común y soluciones satisfactorias que beneficien a ambas partes.

Esta solución “ganar-ganar” –en la que ambas partes ganan– supone un cambio de perspectiva frente a prácticas inveteradas según las cuales cualquier tipo de negociación favorece únicamente a una de las partes y a costa de los intereses de la otra parte. Implica ponerse en los zapatos del contendor para aceptar sus puntos de vista, ceder y casi siempre renunciar a las propias pretensiones. Ahora bien, ¿cuándo, dónde y cómo vamos a empezar a recorrer este camino de reconciliación para poder hacer la paz?

Isabel Corpas de Posada

Teóloga

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