En el mensaje de Cuaresma 2016, Francisco llama a “despertar nuestras conciencias”

‘Misericordia quiero y no sacrificio’ es el lema escogido por el Papa

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“Los pobres son los privilegiados de la misericordia divina”, dice Francisco

M.PÉREZ | A tan solo dos semanas del inicio de la Cuaresma, el Vaticano ha presentado en la mañana de hoy, martes 26 de enero, el tradicional mensaje del Papa. Y lo ha hecho poniendo el foco en la Misericordia, hilo conductor que está guiando el rumbo de la Iglesia universal en este Año Jubilar. A través de los “Misioneros de la Misericordia” –los hombres que Francisco ya ha confirmado que enviará el Miércoles de Ceniza para sanar heridas– y de las obras de misericordia –espirituales y corporales–, Francisco busca llevar el perdón hasta los confines de la tierra.

Bajo el lema Misericordia quiero y no sacrificio, los encargados de presentar el mensaje de Cuaresma 2016 han sido el cardenal Francesco Montenegro, actual Arzobispo de Agrigento (donde se encuentra la isla de Lampedusa); Giampietro Dal Toso, secretario del Pontificio Consejo “Cor Unum”; y Segundo Tejado Muñoz, subsecretario del dicho Consejo.

Misioneros en salida

Francisco comienza su mensaje con una especial invitación a vivir la Cuaresma de este Año Jubilar “con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios”. Para ello, el Papa propone dos formas de acercarnos a la misericordia:

La primera, se concreta en los llamados “Misioneros de Misericordia”, sacerdotes de todo el mundo que Francisco enviará el próximo10 de febrero, miércoles de Ceniza, para acercarse al que está perdido, para perdonar como el Padre.

“La misericordia de Dios, en efecto, es un anuncio al mundo: pero cada cristiano está llamado a experimentar en primera persona ese anuncio. Por eso enviaré a los Misioneros de la Misericordia, a fin de que sean para todos un signo concreto de la cercanía y del perdón de Dios”, afirma el Papa.

Gestos concretos

“La misericordia divina nos impulsa a amar al prójimo, animándonos a vivir lo que la tradición de la Iglesia llama las obras de misericordia corporales y espirituales. Ellas nos recuerdan que nuestra fe se traduce en gestos concretos y cotidianos, destinados a ayudar a nuestro prójimo en el cuerpo y en el espíritu, y sobre los que seremos juzgados: nutrirlo, visitarlo, consolarlo y educarlo”. Y es que las obras de misericordia son la segunda forma que el Papa propone para vivir con mayor intensidad esta Cuaresma.

“Reflexionar sobre las obras de misericordia corporales y espirituales será un modo de despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina”, profundiza Francisco.

“La Cuaresma de este Año Jubilar, pues, es para todos un tiempo favorable para salir de nuestra alienación existencial gracias a la escucha de la Palabra y a las obras de misericordia”, clama Bergoglio en este mensaje para la Cuaresma 2016. “Mediante las corporales tocamos la carne de Cristo en los hermanos y hermanas que necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados; mientras que las espirituales tocan más directamente nuestra condición de pecadores: aconsejar, enseñar, perdonar, amonestar, rezar. Por tanto, nunca hay que separar las obras corporales de las espirituales”.

 

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