Adviento y Navidad: tiempo de vida

Para los cristianos este tiempo de Adviento y Navidad es muy propicio para dar una mirada evaluativa sobre el camino hasta ahora recorrido. Se trata de sopesar desde el corazón lo que se ha realizado durante el año en actitud de agradecer a Dios la vida que nos regala y en ella la salud y el bienestar que hace que asumamos la vida con la fortaleza y entereza que su Espíritu nos infunde.

Examinar la conciencia nos hace caer en cuenta de nuestro comportamiento, de nuestra manera de ser y de actuar en la relación que tenemos con los demás. ¿Cómo venimos gastando la vida con nuestros congéneres? ¿De qué manera me estoy dando y entregando a los otros en los diferentes espacios y entornos de mi vida? ¡Vaya sorpresa que nos llevamos! Cuando tomamos conciencia de que nos seguimos guardando de una manera egoísta, que nuestro ego sigue engordando, al seguirnos creyendo el centro de nuestra existencia y que de manera caprichosa seguimos apostando la vida al tener, acaparar y guardar para nosotros, cosas, personas y afectos. Disponer el corazón para la venida del Mesías nos lleva a confrontarnos de cara a la vocación a la que hemos sido llamados. ¿Cómo nos estamos dando y donando en nuestra misión de esposos, padres, hijos, hermanos, abuelos, etc.? Si de la familia se trata, ¿cómo me manifiesto con mis compañeros de trabajo, con mis amigos, cómo es mi actitud y manera de actuar como ciudadano en espacios públicos, ante la solidaridad y el compromiso político a favor de la justicia y el respeto por la dignidad y los derechos de toda persona? El Adviento aviva en nosotros la esperanza de un mañana mejor gracias a nuestra intervención en él, a sabernos que de nosotros depende un futuro mejor en la medida que nuestras vidas sean portadoras de vida.

P. Víctor Martínez Morales, S. J.

Compartir