El portavoz vaticano hace balance del viaje de Francisco a la Isla
M. GÓMEZ | “El Papa y la Iglesia hace un gran servicio por Cuba. Puede ser la autoridad que puede ayudar a mirar el futuro de este país y de esta Iglesia con confianza”. Así ha valorado el portavoz de la Santa Sede, el jesuita Federico Lombardi, el viaje de Francisco a Cuba, horas antes de que este finalice. En rueda de prensa celebrada en la ciudad de Santiago ayer lunes 21 de septiembre, se mostró satisfecho por la alta participación de fieles en las eucaristías, pero también de cada momento de la visita, encuentros con obispos, sacerdotes, religiosos, jóvenes, familias, la espiritualidad mariana que lo vertebra todo, etc. “Está siendo verdaderamente una experiencia de Iglesia muy fuerte, en todos sus diferentes aspectos. El Papa ha contribuido a la vitalidad, la esperanza y la confianza de la Iglesia en Cuba y en su futuro. Ha animando a la colaboración, a la unión, a la presencia activa por el bien común de la sociedad, a la esperanza”.
Sobre el proceso de acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, Lombardi indicó varias veces que la contribución del Papa ha sido importante, en tanto que ha ayudado a iniciar dicho proceso, pero que no deja de ser una “pequeña contribución”, en palabras del propio Francisco, y que la “gran responsabilidad” corresponde a los líderes de las naciones. “La decisión que hacer este viaje en los dos países es un signo muy fuerte por impulsar este proceso, que tienen que continuar con el empeño de todos”.
Por otra parte, la presencia del Papa en Cuba también ha sido importante a nivel nacional, pues “da vitalidad y fuerza a la presencia de la Iglesia, a una institución y una realidad que puede ayudar al futuro del pueblo, con un empeño importante por el bien común en el servicio a los frágiles y los pobres”.
Preguntado por la posibilidad de que Francisco hable abiertamente sobre los derechos humanos en Cuba, Lombardi aseguró que “el Papa ha hablado con claridad, con discreción y con mesura”, e indicó la importancia, en este sentido, de la homilía en la Plaza de la Revolución de La Habana, “con el tema del servicio a la fragilidad, que el servicio no es tan ideológico, sino a las personas concretas y sus necesidades”; así como el saludo a los jóvenes de la capital, cuando les animó a mantener diálogos con los que piensan de manera diferente en favor del bien común y les invitó a crear “amistad social”.
“Son discursos muy claros, muy positivos, muy constructivos de participación y empeño por el bien común. Creo que esta es la contribución que el Papa hace como autoridad moral y religiosa, y es importante, y si la Iglesia puede continuar en esta dirección y ser ejemplo de comunidad activa que sirve sin servir a sus propios intereses, sino al bien de los otros, puede ser un elemento de ayuda a un progreso positivo de la ciudadanía”.