Desde la ONU o la Casa Blanca, hasta el CELAM o Cáritas, clamor por la encíclica
La ecología integral está de moda… para casi todos [extracto]
MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Apenas hay discurso o gesto del papa Francisco que resulte indiferente, pero en el caso de la encíclica Laudato si’, presentada el jueves 18 de junio, se han roto todas las previsiones. No hay institución eclesial, política o social que no haya valorado su contenido. La inmensa mayoría de ecos han sido positivos, por no decir entusiastas… aunque siempre hay excepciones.
A nivel político, la más alta respuesta llegó desde el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien, en declaraciones a la prensa, valoró especialmente la dimensión integral del texto papal, que pide una “valiente revolución cultural” para salvar el medio ambiente: “El papa Francisco y yo estamos de acuerdo en que el cambio climático es una cuestión moral que requiere acciones urgentes y globales. Es un tema de justicia social, derechos humanos y ética fundamental”.
Así, manifestó, espera que la encíclica contribuya al debate real antes de la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, que se celebrará en diciembre en París, sobre todo en el sentido de proteger a las comunidades más pobres y expuestas, que son las que más sufren el impacto del cambio climático y las que menos han contribuido a él.
En un comunicado, Achim Steiner, director ejecutivo del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), se felicitó porque “la ciencia y la religión están alineadas en esta cuestión”, insistiendo en que “el momento de actuar es ahora”. La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, alabó la visión integral de la ecología de Bergoglio y demandó “ir más allá de las políticas y leyes ecológicas cuando se habla de sostenibilidad, para promover un pensamiento y comportamiento verdaderamente global”.
Desde la organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), su director de Clima, Martin Frick, habló directamente de “hito” al referirse a Laudato si’, porque, aunque Juan Pablo II y Benedicto XVI “ya se habían expresado a favor del medio ambiente, nunca un papa habló tan directamente sobre el tema”. “El modelo de negocios del último siglo funcionó, sacó a mucha gente de la pobreza y creó procesos tecnológicos fantásticos, pero ignoró completamente los límites del planeta”, especificó Frick, quien llamó a construir un “nuevo orden mundial”. Por su parte, el director ejecutivo de Greenpeace Internacional, Jumi Naidoo, ensalzó la “valiosa intervención del papa Francisco en la lucha común de la humanidad para prevenir la catástrofe del cambio climático”.
En cuanto a líderes mundiales, especialmente significativa fue la reacción emitida desde la Casa Blanca. “Admiro profundamente la decisión del Papa de llamar a la acción sobre el cambio climático de manera clara, fuerte y con toda la autoridad moral que su posición le confiere”, se congratuló el presidente estadounidense, Barack Obama. “Tenemos una profunda responsabilidad de proteger a nuestros hijos, y a los hijos de nuestros hijos, de los efectos dañinos del cambio climático”, concluyó Obama en su comunicado.
También saludó el texto papal en un mensaje el presidente francés, François Hollande, quien deseó que “la voz particular de Francisco sea escuchada en todos los continentes, más allá del ámbito de los creyentes”. El mandatario galo considera que puede ser beneficiosa de cara a la Cumbre de París, pues “la encíclica del Papa vuelve a colocar el tema ecológico en una perspectiva humanista”.
Con el fin de concretar la invitación pontificia a un mundo más equitativo y relacionado de un modo natural con su entorno, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, propuso para su país la creación de “una alianza público-privada que afronte de forma conjunta el cambio climático que nos amenaza”. Y es que en la región austral ya se perciben sus consecuencias.
En el ámbito eclesial, el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) recibió la carta papal con un mensaje en el que se reconocía la urgencia de una palabra valiente “en tiempos de contaminación, cambio climático, obsolescencia programada, agotamiento de recursos naturales, extractivismo, incremento de basuras, daños irreparables a la biodiversidad… y muchas otras situaciones que delinean el preocupante escenario ambiental”.
En este sentido, “la Buena Nueva se hace necesaria para iluminar estas acuciantes realidades para volver al proyecto original del Creador y superar la crisis ecológica. Para ello, una nueva lectura del ejercicio del poder, de la ‘cultura del descarte’, de la economía, e incluso de la llamada ‘tecnocracia’, se hace necesaria y urgente para recuperar el equilibrio de la ‘casa común’” y caminar “hacia una nueva realidad ‘reconciliada’ con la Creación”.
Poco después, el propio presidente del CELAM, el cardenal Rubén Salazar Gómez, presentó Laudato si’ a los medios. En el acto, opinó que, con la encíclica, Francisco busca una vez más “hacer lío” y que todos, dirigentes y ciudadanos, se tomen en serio el estado del planeta. “Tenemos que cambiar de mentalidad –abundó–. En los últimos años, hemos tomado conciencia de que hemos dañado la tierra. (…) Su cuidado está ligado al crecimiento de las economías”. De ahí la necesidad de dar paso a un modelo de “ecología integral”, alejado de la idea “del hombre como depredador de sí mismo y de la naturaleza”.
El presidente de Caritas Internationalis y arzobispo de Manila, el cardenal Luis Antonio Tagle, aseguró que la encíclica refleja el día a día que la institución eclesial vive en tantas comunidades pobres de todo el mundo: “[Francisco] ha visitado comunidades donde la gente vive sobre montones de basura. Los niños nacen en la basura, crecen y mueren allí. Se sienten como basura. Esto no es la creación de Dios, sino que es obra del hombre”. “El Papa –añadió– nos está invitando a todos a reflexionar sobre esta realidad. Él nos convoca a ‘asumir un nuevo estilo de vida’ para cambiar las estructuras económicas que han causado tanto daño y a recuperar nuestra responsabilidad por los demás y el mundo”.
Manos Unidas también ha acogido “con entusiasmo y sentido de la responsabilidad” la encíclica. “El lenguaje del Papa es directo y particularmente incisivo –se felicitan en un mensaje de su delegación española–. Nos exige que reconozcamos nuestra responsabilidad directa en esta degradación. No podemos vivir sin tener en cuenta que nuestro modo de consumir afecta directamente a los más vulnerables, cuyos rostros no nos atrevemos ni a mirar”.
Críticas en EE.UU. y Polonia
Respecto a las críticas, las más duras llegaron desde EE.UU., principalmente de altavoces ligados a intereses de grandes multinacionales. Aunque una voz fue la que más eco tuvo: la de Jeb Bush, uno de los favoritos en las primarias del Partido Republicano para hacerse con el liderazgo de la formación de cara a las elecciones presidenciales de 2016.
Converso al catolicismo en edad adulta, el hijo y hermano de dos anteriores presidentes habló así en un acto en New Hampshire: “Espero que mi cura no me reprenda por decir esto, pero mis obispos, mis cardenales o mi papa no me dictan la política económica”. El también republicano y aspirante presidencial Rick Santorum, católico, ironizó: “Creo que nos iría mejor si dejáramos que los científicos se ocuparan de la ciencia”.
Donde tampoco ha sido tan bien acogida la encíclica ha sido en Polonia, sobre todo en la prensa. Ya antes de la publicación, el diario Rzeczpospolita argumentaba que “podrían tener algunas dificultades con el documento papal”, pues, según su visión, se cuestionaría la extracción del carbón; precisamente, uno de los tradicionales referentes económicos del país, que cuenta con la mayor producción de esta materia de toda Europa.
Así, el periódico citaba fuentes anónimas vaticanas que calificarían Laudato si’ como “una encíclica antipolaca”. Para aplacar a la opinión pública, el propio nuncio en Polonia, Celestino Migliore, reiteró que la encíclica supone “un grito por el respeto hacia todos los trabajadores, incluyendo a los mineros”. “No noté ninguna alusión en contra de los mineros”, tuvo que subrayar. Sin embargo, al día siguiente de que la encíclica ya fuera púbica, Rzeczpospolita reforzó sus críticas contra el Papa. “Utiliza la retórica típica de Greenpeace”, “sus argumentos no son verdades reveladas” y “se ocupa de problemas que para la Iglesia son marginales” fueron algunos de sus ataques.
Boff: “Pastor, no doctor”
Es conocido (lo contó en Vida Nueva, nº 2.936) que Francisco le solicitó al teólogo brasileño materiales para la elaboración de su encíclica. Ahora, ya publicada, Leonardo Boff la ha analizado en su propia página web. Y de un modo entusiasta, en un artículo titulado “La Carta Magna de la ecología integral: grito de la Tierra-grito de los pobres”. En él se felicita por su concepción de la “ecología integral” y por su apuesta por la colegialidad y el ecumenismo, citando a numerosos episcopados de todo el mundo y a teólogos de distintas confesiones. “Francisco –valora– no escribe en calidad de maestro y doctor de la fe, sino como un pastor celoso que cuida de la casa común y de todos los seres, no solo de los humanos, que habitan en ella”.
En el nº 2.947 de Vida Nueva.
ESPECIAL ENCÍCLICA ‘LAUDATO SI”
- La encíclica ‘Laudato si” del papa Francisco en 50 frases
- DOCUMENTOS: Texto íntegro de la encíclica ‘Laudato si” del papa Francisco (PDF)
- EDITORIAL: ‘Laudato si”: el imperativo de custodiar el hogar de todos
- PLIEGO: Ante ‘Laudato si”: a vueltas con la ecología, por Ángel Galindo, rector de la UPSA
- PLIEGO: Decálogo para vivir en verde, VV.AA.
- DESDE ROMA: Publicada ‘Laudato si”: conversión ecológica ¡ya!
- VATICANO: ‘Laudato si’’, una encíclica a muchas manos
- IGLESIA EN ESPAÑA: Los obispos españoles aplauden la encíclica verde de Francisco (solo suscriptores)
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