A la calle en defensa de la vida, el ejemplo de Casitas Bíblicas
En respuesta a los constantes hechos de violencia contra la niñez que se vienen presentando en Colombia, la Corporación Casitas Bíblicas y la Corporación Vínculos reunieron a más de diez organizaciones culturales en una minga carnaval en favor de los derechos de los niños y niñas.
La actividad se llevó a cabo el domingo 22 de febrero y contó con la participación de colectivos provenientes de Medellín, Cali, Barranquilla y Bogotá. Según Angie Céspedes, de la Corporación Vínculos, el objetivo incluía dar a conocer cómo los niños, niñas y jóvenes ven la realidad y todo lo que está pasando. La apuesta es que este año todas las organizaciones que participaron en esta minga tengan en su plan de trabajo acciones en favor de la niñez, que permitan desde el intercambio definir los puntos para un mensaje a las autoridades públicas, con el fin de que se tomen medidas.
La jornada inició a las diez de la mañana con una reunión en el parque zonal de Molinos II, ubicado en la localidad de Rafael Uribe Uribe (Bogotá). Allí se dio inicio a una marcha por el sector, en que las organizaciones trasmitieron sus puntos de vista, a través de acciones artísticas. Al llegar al parque de Palermo Sur se dio paso a presentaciones de canto, danza y teatro. Igualmente, se propusieron talleres para los niños, niñas y jóvenes de la localidad, entre ellos proyecciones de cortometrajes asociados a la temática de la manifestación.
Callejear la fe
Para Monseñor Jaime Mancera, Vicario de Evangelización de la Arquidiócesis de Bogotá, iniciativas de la sociedad civil como esta abren camino sobre muchas cosas que el Gobierno y las instancias oficiales no logran hacer. A este nivel, experiencias así “marcar la pauta en la búsqueda del bien común”. El sacerdote también destacó la inspiración religiosa de las Casitas Bíblicas y “su convicción de un proyecto de Dios de ser comunidad, pueblo de Dios en camino”. Al unir fe y compromiso frente a la sociedad, las Casitas Bíblicas aportan a “un proceso de transformación de la experiencia religiosa que no solo sigue los formatos litúrgicos o los espacios específicamente sagrados sino que abre espacio en otros lugares, en estas marchas, en espacios públicos en la calle”. “Callejear la fe”, he ahí el aporte, según Mancera, “mostrar un Dios que está actuando en la vida, moviendo a la gente”.
Texto y foto: VNC
