Marlon, joven nicaragüense: “Soy el fruto del trabajo de los misioneros”

El domingo 25 de enero se celebra la Infancia Misionera

Marlon joven Nicaragua y Alberto Cisneros sacerdote proyectos Infancia Misionera 2015

Marlon con Alberto, antes y después del encuentro que le cambió la vida

JOSÉ BELTRÁN | “Hoy puedo decir que soy uno de ellos, he crecido gracias a la ayuda de muchas personas”. Marlon tiene 23 años y estudia Ingeniería Informática en Nicaragua. Con gesto firme y agradecido, parafrasea el lema de la Jornada de la Infancia Misionera, que se celebra el próximo domingo 25 de enero.

“Yo soy el fruto de este trabajo misionero. Cuando mi madre falleció de cáncer, me acogieron en la Fundación. Desde fuera lo ven como una ONG, una casa-hogar o una institución, pero para mí es mi familia y hoy me permite ir a la universidad. Mis hermanos y yo vivíamos separados y hoy somos inseparables. Ahora tengo a mis dos hermanos, pero también a otros 300”.

Alberto Cisneros le mira con atención. Sacerdote de la Diócesis de Osma-Soria, lleva cuatro años en Nicaragua, trabajando en la Fundación Casa Hogar Nuestros Pequeños Hermanos, dedicada a acompañar a niños y jóvenes huérfanos, abandonados, en riesgo de exclusión social o extrema pobreza. En los diferentes hogares atienden a más de 3.500 niños en situación de riesgo y exclusión. “Por nuestras casas han pasado más de 18.000 niños”, detalla el misionero.


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En el nº 2.925 de Vida Nueva

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