Cáritas sigue creando empleo

Cáritas Española consigue empleos

A pesar de la crisis, sus programas invierten más recursos y atienden a más personas

Cáritas Española consigue empleos

FRAN OTERO. Fotos: CÁRITAS | Como el año anterior, Cáritas Española volvió a crear empleo en 2012 a través de sus distintos programas, según se desprende de la Memoria de Empleo 2012, que presentó el pasado 25 de abril. Así, 13.318 personas encontraron un trabajo gracias a la labor de esta institución eclesial, un 16% del total de las atendidas (81.613).

Ambas cifras son superiores a las del año anterior, como también lo es la inversión. En una época de recortes, en 2012 Cáritas invirtió casi 33 millones de euros en acciones de empleo, un 20,8% más que en 2011. Fondos que proceden de donaciones privadas, subvenciones públicas y de las empresas. A este esfuerzo económico, habría que añadir el trabajo de los 2.173 voluntarios de estos programas y las 585 personas contratadas.

Así, en los últimos cinco años (2007-2012), Cáritas atendió a un total de 483.493 personas, de las que 81.633 consiguieron un puesto de trabajo, mientras que la inversión en todo este período fue de 168,3 millones de euros.

Estos son los principales y más significativos datos de un informe que pone de manifiesto, según afirma el secretario general de Cáritas Española, Sebastián Mora, “la apuesta [de Cáritas] por la defensa y la promoción del derecho al trabajo de todas las personas, especialmente de las más empobrecidas”. “Y queremos destacar de la presente memoria nuestra firme voluntad de ofrecer a las personas desempleadas la oportunidad de que nos narran en primera persona qué están viviendo en su camino hacia el empleo y qué nos están demandando al resto de la sociedad. Este ejercicio de escucha nos confronta con una apelación ética, con demandas de comprensión, de solidaridad, de empatía, en definitiva, con una interpelación a construir una sociedad que se reponsabiliza de los que padecen”.

Esta es una de las virtudes de este informe, que no se queda en los datos, necesarios pero, a veces, fríos; va más allá y se pone a la escucha. Da voz a los que no tienen trabajo y luchan por conseguir uno y les permite, junto con los agentes de Cáritas, lanzar demandas a la sociedad, a las administraciones, a los empresarios, a los políticos y al resto de trabajadores.

Dramas con nombre propio

Así, presenta que la mayoría de las personas que participan en sus programas de empleo son mujeres, un 67%, frente al 33% de hombres, aunque la tendencia de los últimos años indica un aumento del sexo masculino; que se ha equiparado el número de españoles (48%) e inmigrantes (52%), o que, aunque ha aumentado el nivel formativo de los que solicitan ayuda, en la mayoría es bajo. El retrato robot sería el siguiente: mujer, inmigrante o autóctona; de entre 36 y 45 años y con poca formación.

María, de 42 años, lo representa: “En mi familia somos cuatro, mi marido, mis dos hijos y yo. Todos parados. Yo cobro el subsidio. Soy mediadora intercultural. Llevo seis meses en paro. No hay ofertas de trabajo en mi profesión y me falta formación y experiencia para el resto de ofertas. ¿Para salir de esta situación? Formación constante e inscripción en las bolsas de empleo. Busco un trabajo que me dé estabilidad económica y emocional”.

También afecta a los jóvenes. Laura, de 20, dice: “Llevo un año y pico en paro. Busco trabajo, voy a entrevistas, pero por la crisis no hay manera”.

En este itinerario de búsqueda de empleo, Cáritas ayuda con su acompañamiento y con distintos servicios. Orientación sociolaboral, autoempleo, formación, intermediación laboral o economía social son algunos de ellos.

Pero como, según Cáritas, la responsabilidad ante el desempleo es de todos, expone las peticiones de los afectados y de sus agentes a los políticos, a las empresas, a los trabajadores y a la sociedad en general.

A los primeros piden, sobre todo, un papel activo en la creación de empleo, transparencia en la gestión de lo público, austeridad y eficiencia y lucha contra el fraude. A las empresas, reclaman estrategias de viabilidad alternativas al despido o que potencien su función social; y a los trabajadores, un mayor compromiso por el derecho al trabajo de todos. En definitiva, pide a la sociedad en general la construcción de un nuevo modelo más justo.

En el nº 2.845 de Vida Nueva.

 

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