Editorial

Denuncia profética

Compartir

EDITORIAL VIDA NUEVA | En la audiencia que el papa le concedió el día 15 a Mariano Rajoy, el presidente del Gobierno le agradeció al pontífice la ayuda que la Iglesia está brindando en nuestro país a las personas más afectadas por la crisis.

No era necesario, porque la Iglesia lo haría aún sin ese reconocimiento; pero sí es justo, porque, aun con las escaseces en las que se mueve toda la institución eclesial, su labor está resultando fundamental para aliviar tanto dolor.

Por eso es también muy destacable el esfuerzo conjunto que varias instituciones católicas de cooperación están haciendo en la defensa de la solidaridad con las comunidades empobrecidas en todo el mundo. Y lo hacen, además, desde un país que ha recortado brutalmente la ayuda oficial a esta cooperación.

Para ellas, la solidaridad no puede esperar. Ni la denuncia de una situación que, aunque para los políticos justifique ese recorte, está costando vidas cada día que pasa.

En el nº 2.844 de Vida Nueva. Del 20 al 26 de abril de 2013.

LEA TAMBIÉN: