La primavera árabe, también para los cristianos

biblia quemada violencia anticristiana en países musulmanes

La COMECE y parlamentarios europeos reflexionan sobre la situación actual del Magreb

biblia quemada violencia anticristiana en países musulmanes

M. Á. MALAVIA | Con la perspectiva del algo más de un año transcurrido desde las revueltas que derrocaron regímenes dictatoriales como los de Túnez, Libia o Egipto, y que aún siguen presentes en forma de conflictos en muchos otros países, ¿se puede decir que la primavera árabe ha traído democracia y libertad a Oriente Próximo? ¿Y las minorías cristianas, son reconocidas como parte sustancial de sus sociedades o se encuentran ahora ante una indefensión mayor que la que antes tenían?

La solución a estas cuestiones se buscó, el pasado 9 de mayo en Bruselas, en la jornada de estudio Cristianos en el mundo árabe: un año después, organizada por los miembros del Parlamento Europeo pertenecientes al Grupo Popular y al de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), en conjunto con la Comisión de Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE).

Joe Vella Gauci, en representación de los episcopados, inició su discurso señalando los aspectos más optimistas: “La Iglesia de Oriente ha coexistido con el islam durante catorce siglos. Hoy, como en el pasado, las dificultades y retos está a menudo ligados a problemas políticos y al conflicto Este-Oeste. La llamada primavera árabe (…) debe ser considerada como uno de los giros históricos más cruciales y cambios de paradigma del siglo XXI. Los acontecimientos de los que la región ha sido testigo son muy significativos e indicativos. En el contexto de estas revoluciones árabes, los jóvenes han clamado por libertad, igualdad, derecho al trabajo, derechos ciudadanos y la dignidad de la persona humana. Desean experimentar cómo vivir en dignidad en sus respectivos países”, buscando además hacerlo “en paz y prosperidad”.

Aunque, a continuación, también recogió los hechos que más mueven a la preocupación: “Sin embargo, los eventos citados son ocasionalmente (y lamentablemente) sobrepasados por incidentes bárbaros cometidos por varios individuos asociados con diferentes creencias políticas y religiosas. En consecuencia, el camino que lleva al logro de la verdadera democracia se hace borroso. El objetivo fundamental debería ser: respeto a todos los ciudadanos; eliminación de sociedades paralelas; respeto a las diversas comunidades y culturas; y la creación de sistemas socio-políticos capaces de salvaguardar los derechos humanos y los valores democráticos”.

Vella Gauci concluyó su alocución apuntando la necesidad de que las minorías cristianas, al igual que el resto de comunidades religiosas, sean respetadas en el ejercicio de la libertad de culto y religión, valorando el hecho de que los principios espirituales forman parte intrínseca de los genéricamente humanos.

Jan Olbrycht, vicepresidente y responsable de Relaciones Interculturales del Partido Popular Europeo, pidió “condicionar” el apoyo de la Unión Europa (UE) “a los movimientos democráticos” al hecho de que estos cumplan con las propias “reglas democráticas”, entre las que se encuentra la “libertad religiosa”.

Amarga verdad

Por parte del ECR habló su parlamentario Konrad Szymaski, quien se mostró más negativo: “La democratización en Oriente Medio no ha dado bienestar a la gente que vive allí; es una muy amarga verdad un año después de la primavera árabe. La UE, si desea seguir siendo creíble como defensora de los derechos humanos, de los cuales está ampliamente instruyendo al mundo, debe tomar una clara postura en defensa de los cristianos de Oriente Medio. Pedimos reacción a cada acto de discriminación y también esperamos que este problema esté siempre presente en diálogos políticos o de negociación entre la UE y el mundo árabe”.

La sucesión de testimonios caracterizó el dinamismo de un seminario en el que participaron ponentes como Pierbattista Pizzaballa, custodio de Tierra Santa; Dimyanos Kattar, exministro de Asuntos Financieros de Líbano; Piotr Mazurkiewicz, sacerdote polaco; Youssef Soueif, arzobispo maronita de Chipre; o Cornelius Hulsman, editor del Arab-West Report.

Además, instituciones eclesiales presentes en la zona, como Ayuda a la Iglesia Necesitada, Open Doors International o Pew Forum on Religion and Public Life, presentaron sus informes sobre la situación de los cristianos.

En el nº 2.801 de Vida Nueva.

INFORMACIÓN RELACIONADA

Compartir