Siria podría ser un “nuevo Irak” para los cristianos

ataques en una ciudad siria

Varios obispos temen que la peligrosa deriva actual provoque su éxodo masivo

ataques en una ciudad siria

J. L. CELADA | “Nos sentimos totalmente abandonados por los cristianos de Occidente, y corremos el riesgo de seguir la misma suerte que los cristianos de Irak”. Quien ha lanzado este urgente llamamiento es Abraham Nehmé, metropolita greco-melquita católico de Homs, Hama y Yabroud, en Siria, entre 1986 y 2005.

Entrevistado por la agencia Apic, el obispo emérito se muestra temeroso por el futuro a medio plazo de los cristianos en el país, del que recibe noticias a diario desde su domicilio actual en el convento de San Antonio de Kfarchima, cerca de Beirut. Porque, si bien todavía no habla de un éxodo masivo de los cristianos de Siria (representan casi un 8% de la población), sí constata que “algunos miles se han marchado ya de su tierra”.

Aunque reconoce que algunos cristianos sirios han sido o siguen siendo demasiado afines al régimen de Bashar al-Assad, el prelado de origen libanés lamenta la actitud de los gobiernos occidentales, con Francia a la cabeza, “que actúan solo en función de su propios intereses y no se interesan por la suerte de los cristianos de Siria”.

Nehmé apunta, además, que los Hermanos Musulmanes, formación que ha adquirido mayor influencia en la zona tras la primavera árabe, “no dan la impresión de ver a los cristianos con buenos ojos”.

“Si tomaran el poder –advierte–, sería una amenaza a largo plazo para la presencia cristiana en esta región. Estoy casi seguro de que si los islamistas llegan al poder, ¡no estaremos cómodos!”.

El obispo celebra que los cristianos occidentales se preocupen por la suerte de sus hermanos en Oriente Medio, “pero ¡no son ellos los que están en el Gobierno!”, puntualiza irónico.

Tampoco es ajeno a la situación el primado de la Iglesia siro-ortodoxa, Ignacio Zakka I Iwas, patriarca de Antioquía y de todo el Oriente, quien considera que las revueltas populares del último año han sido fomentadas y organizadas “por fuerzas exteriores y no por los miembros de la sociedad siria”.

Así lo manifestó durante una reunión en su residencia de Damasco con un grupo de expertos rusos de visita en el país, al tiempo que insistió en que “los cristianos en Siria están seguros, al contrario de lo que ocurre en Egipto o en Irak”, y excluyó cualquier tipo de represión contra ellos, según recoge la agencia informativa rusa RIA Novosti.

Ya el pasado mes de diciembre, en compañía de los otros dos patriarcas cristianos de Siria (el greco-melquita católico Gregorio III y el greco-ortodoxo Ignacio IV), emitió un llamamiento conjunto por la paz, rechazando toda intervención extranjera.

Por su parte, el obispo católico caldeo de Aleppo, Antoine Audo, cree que, sin un verdadero diálogo entre las comunidades, Siria se convertirá en otro Irak. Por eso, en recientes declaraciones a la agencia católica AsiaNews en Roma, el prelado jesuita celebra el “espíritu de solidaridad” reinante entre cristianos y musulmanes en la segunda ciudad siria y principal centro económico del país.

Asimismo, invita a la comunidad internacional a promover ese diálogo entre las facciones en conflicto, y no “el espíritu de venganza”. “Apoyar a una facción contra la otra transformará a Siria en un nuevo Irak. ¡Y serán sobre todo los cristianos quienes pagarán el precio!”, lamenta el obispo.

Símbolo de la unidad y el diálogo entre cristianos, chiitas, sunitas y alauitas, Aleppo se ha mantenido al margen de los graves disturbios de estos meses entre las tropas rebeldes y el régimen. Sin embargo, durante las últimas semanas, la tensión en la ciudad ha ido en aumento.

Al clima de miedo que provocan los atentados y otros episodios violentos, se suman las sanciones contra Siria, que han bloqueado la mayor parte de su actividad económica, así como la venta de alimentos y medicinas. Y, en tales circunstancias, quienes “sufren principalmente son las familias pobres”, concluye Audo.

La Custodia de Tierra Santa pide ayuda

Desde la Custodia de Tierra Santa, presente en varios enclaves sirios como Damasco, Aleppo, Lakatia y Oronte, el franciscano Pierbattista Pizzaballa, ha hecho pública una petición de ayuda para los numerosos cristianos sirios ante la actual emergencia que está viviendo el país, “despedazado a causa de enfrentamientos internos”.

En un momento “de completa confusión y extravío”, el firmante de la misiva solicita la colaboración económica para que la Custodia, fiel al ejemplo de Francisco, pueda “estar con la gente, acoger y asistir a quien lo necesita, sin hacer distinción de raza, religión y nacionalidad”.

En el nº 2.790 de Vida Nueva.

 

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