Valencia se reestructura ante el descenso de vocaciones

(José Ramón Navarro Pareja– Valencia) La diócesis de Valencia vive pendiente de su reestructuración. Tras un año de estudio en consejos, la reforma de vicarías y arciprestazgos propuesta por el arzobispo Carlos Osoro podría materializarse a principios del próximo curso. Supondría el aumento de las vicarías territoriales de cinco a ocho y la reducción del número de arciprestazgos a la mitad, de 67 a 34. La razón es la adecuación de la estructura, vigente desde hace 50 años, “a los cambios demográficos y a la nueva distribución de sacerdotes”. Tampoco hay que olvidar la necesidad de adaptarse a un clero cada vez menos numeroso.

Uno de los pasos finales se dio la semana pasada, cuando fue presentado al colegio arciprestal por el obispo auxiliar Enrique Benavent en presencia del arzobispo, quien recordó que “no he venido a Valencia a veranear, sino a subirme al carro del trabajo de todos los sacerdotes”. Según el auxiliar, se pretende dar “más importancia” a los arciprestes y aumentar su “corresponsabilidad” en el gobierno de la diócesis, con una reunión mensual con Osoro. Los vicarios episcopales dejarían de estar liberados y compartirían su dedicación con la de ser párrocos. Las nuevas vicarías quedarían configuradas por unos tres o cinco arciprestazgos. La reestructuración, que supondrá el nombramiento de los nuevos vicarios y probablemente también la creación de algunas vicarías sectoriales, marcará la política de nombramientos.

Los arciprestes también analizaron las líneas pastorales que quedarán definidas en el ‘Itinerario Diocesano de Renovación 2010-2014’. Una de las novedades será la creación de grupos catecumenales que permitan que sigan vinculados a las parroquias los fieles que finalicen algún itinerario de iniciación sacramental.

En el nº 2.711 de Vida Nueva.

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