Evo Morales lleva hasta el Vaticano su modelo de Iglesia

Las demandas presidenciales al Papa desatan en Bolivia las más diversas reacciones

(Ronald Grebe– La Paz) El día 17, Benedicto XVI recibió en audiencia al presidente de Bolivia, Evo Morales, quien aprovechó el encuentro para entregarle una carta en la que, entre otras cuestiones, le solicita la abolición del celibato o el sacerdocio para las mujeres. Este hecho ha provocado en su país las más diversas reacciones.

El senador oficialista Adolfo Mendoza ha calificado su propuesta de “totalmente revolucionaria, porque hasta ahora nunca ningún jefe de Estado había tenido un diálogo tan sincero y tan humilde con una autoridad del Vaticano, y sincero porque, al mismo tiempo, en estos nuevos momentos que vive la democracia mundial, se requiere universalizar los derechos en términos de género”. Centa Reck, senadora opositora, entiende, sin embargo, que se trata de “un error muy grave del presidente, porque definitivamente es como si planteara una injerencia en asuntos de fe, de doctrina, que no tienen nada que ver con los asuntos de Estado o de Gobierno, y él en cierta forma lo ha confundido, porque los poderes de la Iglesia son muy distintos”.

“Nadie podía imaginar que un Jefe de Estado laico tuviera la osadía o la inconsciencia de aconsejar al Papa en la conducción de la grey católica”, ha comentado sorprendido el sacerdote jesuita José Gramunt de Moragas, director de la Agencia de Noticias Fides (ANF) de La Paz. Y añade con ironía: “Tal vez don Evo, pensando en su consagración como guía espiritual de todos los pueblos originarios, que le fue investida el 21 de enero de este año en Tiahuanacu, se sintió en igualdad jerárquica espiritual con el Vicario de Cristo en la tierra. ¡O aspiraría a que le otorgaran el capelo cardenalicio para cuando se jubile de presidente!”.

También para el ex canciller boliviano, Javier Murillo de la Rocha, las peticiones del jefe del Estado podrían entenderse como una “suerte de injerencia” en otro Estado (el Vaticano), porque no tuvo en cuenta la vía diplomática para cursar tales propuestas, aunque admite que debería esperarse a la respuesta del Pontífice.

En opinión del vocero del Arzobispado de Santa Cruz, el sacerdote Marcial Chupinagua, en esta oportunidad correspondía que se tratasen temas que atañen a dos jefes de Estado: las relaciones Iglesia-Estado y todo lo referente al servicio que presta la Iglesia en educación, salud, políticas sociales…, que afecta a la labor que llevan a cabo los sacerdotes en el país en la promoción del desarrollo humano. Por tanto, “el celibato y la ordenación de mujeres son temas que no ameritan y no corresponde tratarlos entre dos jefes de Estado, porque nuestro presidente no es una autoridad en el sentido moral y jurídico”. “Esos puntos –prosigue Chupinagua– se tratan a un nivel interno de la Iglesia, que tiene sus procesos, con estudios previos, con análisis profundos entre iglesias, antes de dar a conocer conclusiones a las distintas realidades… y no tocar los temas de manera superficial e improvisada”.

Opinión de la CEB

Sobre el encuentro privado entre el Papa y Morales, la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) se felicitó “por el clima de cordialidad y respeto con el que se desarrolló” y porque considera que “fortalecerá las relaciones de Bolivia con el Vaticano”. Y aunque respeta el punto de vista del presidente, el Episcopado considera que sus peticiones al Papa son temas complejos que deben ser considerados en su verdadero contexto y sobre los cuales la Iglesia tiene fundamentos claros. El responsable de Comunicación de la CEB, José Rivera, recordó, por su parte, que no era la primera vez que Evo Morales aludía al tema, por lo que no veían conveniente hacer mayores comentarios al respecto.

A juicio del politólogo Carlos Cordero, lo sucedido en el Vaticano obstaculizará una aproximación entre la Iglesia y el Estado boliviano. “Tengo la impresión –dice– de que la brecha se ha de ampliar. La Iglesia católica no ha logrado lo que le interesaba, que era una ley que formalice su acuerdo con el Gobierno. Si esta norma no salió de esta reunión, sería sorprendente que el Estado la apruebe y promulgue”. Y concluye Cordero: “Como dijo el Papa en su momento, hay gobiernos cargados de revanchismo que utilizan reivindicaciones étnicas para esconder sus expresiones de totalitarismo. Eso no ha cambiado. De ahora en adelante, todo quedará en statu quo, la relación quedará congelada y ambos se obviarán mutuamente”.

rgrebe@vidanueva.es

En el nº 2.708 de Vida Nueva.

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