Matan al asesor de Juventud del Episcopado brasileño

El religioso, de 31 años, fue encontrado con varios disparos en las cercanías de la capital, Brasilia

jovenes-brasilenos(Graziela Cruz– Brasil) La Iglesia de Brasil perdió, el pasado 15 de junio, a uno de los sacerdotes jóvenes más prominentes de su generación: se trata del padre Gisley Azevedo Gomes, CSS, de 31 años, que desde hacía dos años desempeñaba el cargo de asesor nacional del Sector Juventud de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB). El padre Gisley fue asesinado por varios jóvenes que le asaltaron y se llevaron su coche, un ordenador y diversos documentos. El cuerpo fue encontrado en una ciudad cercana a la capital federal, Brasilia -Brazlândia- en un lugar deshabitado, con tres disparos, dos de ellos en la cabeza.

El religioso estaba desaparecido desde el día 15 por la mañana y su cadáver fue hallado apenas 24 horas después. En la misma noche del crimen, su automóvil fue encontrado en Brazlândia con un menor de edad en su interior, que fue conducido a la Delegación del Niño y el Adolescente. Otros dos sospechosos, Maike Monteiro de Souza, de 18 años, y Wellington Lacerda de Araújo, de 23, también fueron detenidos y confesaron su participación en el trágico suceso. Todavía no se ha dado con el paradero del cuarto sospechoso.

El muerte del padre Gisley está siendo investigada ahora por la policía, con la estrecha colaboración de los abogados de la CNBB y de la Congregación de los Sagrados Estigmas (Estigmatinos) a la que  pertenecía el religioso.

Tras conocerse la noticia y en los días posteriores a los hechos, en el seno del Episcopado brasileño, se respiraba un clima de mucha tristeza e incomprensión por lo ocurrido. La presidencia de la propia CNBB hizo pública una nota oficial en la que lamenta profundamente la muerte del que fuera su asesor y afirma que espera con confianza que el crimen sea aclarado, que se depuren responsabilidades y que los culpables sean castigados con justicia. “Recordando la Campaña de la Fraternidad que realizamos sobre la seguridad pública, reafirmamos la urgencia de toda la sociedad en movilizarse para poner fin a la violencia que acaba con las vidas tan precozmente”, puede leerse en el comunicado episcopal.

Ordenado sacerdote el 29 de mayo de 2005, el padre Gisley Azevedo Gomes estaba en la asesoría del sector de Juventud de la CNBB desde hacía poco más de dos años. Comprometido con la vida de la juventud, organizaba, junto con las pastorales juveniles de todo el país, la Campaña Nacional contra el Exterminio de la Juventud de Brasil. Lamentablemente, él mismo ha sido víctima justamente de esta violencia que se proponía combatir.

Dolor, justicia y desafío

Además del mensaje de la CNBB, también el Consejo Nacional de Iglesias Cristianas (CONIC) dio a conocer un pronunciamiento con motivo del brutal asesinato del religioso. El padre Gisley era miembro de la Comisión Nacional de Juventud del CONIC desde el año 2007 y, en este momento, estaba preparando la revisión del texto sobre la participación de los jóvenes en la Campaña de la Fraternidad de 2010, que tendrá un carácter ecuménico. “El CONIC espera que este crimen sea esclarecido con agilidad y eficacia y que los culpables sean llevados ante la Justicia, por haber puesto fin a la vida de un joven que se dedicaba a predicar la paz y luchar por un mundo mejor, inspirado en los valores del Evangelio”, dice la nota del CONIC.

El Equipo Nacional de las Pastorales de Juventud, por su parte, emitió también un comunicado afirmando que “en el momento en el que iniciamos una Campaña contra la violencia y el exterminio de jóvenes, la noticia de la muerte del padre Gisley, uno de los mayores entusiastas de este proyecto, nos desafía a avanzar hacia aguas más profundas, a reafirmar que nuestras lágrimas mojarán con esperanza el piso de la dura realidad, para soñar siempre con la utopía de una sociedad justa e igual, así como lo ha afirmado el propio padre Gisley en una de sus cartas a las Pastorales de Juventud de Brasil”.

En el último e-mail que nos envió, un día antes de ser asesinado – prosigue la nota del Equipo de las Pastorales de Juventud-, el padre Gisley habló de su entusiasmo en la lucha contra el exterminio y, como mártir, profetizó: ‘Agradezco el empeño de tantas voces dispersas hasta ahora. ¡Vamos juntos a gritar, a cambiar el mundo. Basta de violencia y exterminio de jóvenes!'”. Sólo queda que su grito y su mensaje no sean olvidados.

gaparecida@vidanueva.es

En el nº 2.665 de Vida Nueva.

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