Jubileo por las Bodas de Oro de Samuel Ruiz

La diócesis de San Cristóbal de las Casas (México) dedica un año a su obispo emérito

(Pablo Romo Cedano– México DF) Pocos prelados llegan a cumplir 50 años de su consagración episcopal. Ello explicaría la gran fiesta de apertura del Año Jubilar por las Bodas de Oro Episcopales del obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas, Samuel Ruiz García, nombrado titular de esta sede por el papa Juan XXIII el 14 de noviembre de 1959. Hasta el 25 de enero de 2010, fecha en la que se cumplirá medio siglo de su consagración episcopal, los fieles podrán celebrar durante los próximos doce meses las cuatro décadas de pastoreo de jTatik Samuel (“nuestro padre Samuel”, en tzotzil).

Miles de indígenas y caxtlanes (mestizos) se congregaron el pasado 25 de enero para agradecer al Dios de la Vida la gracia de haber tenido a Samuel Ruiz como guía e iniciar un recorrido por varias parroquias que se sumarán a este Año Jubilar. La celebración, con los rituales clásicos indígenas, duró cerca de tres horas, entre cantos, danzas, oraciones y explicaciones en las cuatro lenguas indígenas más importantes de la diócesis y el propio castellano, que combinadas dieron lugar a una misa pluriforme y multilingüística. El pom (incienso indígena) ayudó a crear la atmósfera de recogimiento, oración y acción de gracias por el jTatik Samuel y su incansable defensa de la dignidad indígena.

Por la dignidad

Y en ello anda todavía hoy día. A sus 84 años, Samuel Ruiz participa en varias comisiones dentro (Justicia y Paz de la CEM) y fuera de la Iglesia (Comisión de Mediación con el Ejército Popular Revolucionario) que trabajan por la justicia, la dignidad humana y la paz. Una lucha que le ha llevado a participar en muy diversas plataformas implicadas en este empeño, también a nivel internacional, como es el caso del Peace Council, donde junto a otros líderes religiosos (Dalai Lama, Desmond Tutu…) trabaja por detener las guerras en el mundo.

Aunque su médico le ha recomendado que repose un poco y no realice más de un desplazamiento internacional al mes, el obispo emérito chiapaneco celebrará su particular Jubileo de Oro viajando, visitando comunidades indígenas que le quieren brindar su tributo agradecido en las siete regiones que integran la diócesis: irá a la selva con los tzeltales, a las montañas de ‘Los Altos’ con los tzotziles, acompañará a los ch’oles en la zona norte, y se encontrará con los zoques en la frontera con Guatemala y los tojolabales de los lagos de Montebello. No faltará tampoco una celebración con aquellos refugiados guatemaltecos en los tiempos difíciles de la guerra de los 80 en el país vecino. Etapas en las que el “Caminante del Mayab” -como lo conocen sus amigos radioaficionados- hará memoria de sus años de pastor junto al pueblo, especialmente los olvidados de la tierra.

En el nº 2.647 de Vida Nueva.

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