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Portada Donne Chiesa Mondo julio 2018

Mujeres jóvenes

Como sostienen con fuerza la Iglesia católica y el feminismo de la diferencia –en una singular alianza que continúa sorprendiendo a ambas partes– mujeres y hombres no son iguales. Y aunque esto evidentemente no significa (o no debería significar) que un sexo valga más que el otro, sí implica que a igual dignidad, las diferencias existen, como demuestran ya desde hace decenios la biología, la medicina, la sociología y la psicología.

Se nace maravillosamente diferentes y se muere diferentes, una diversidad presente también en la edad, delicada y crucial, de la juventud. Y es precisamente a las mujeres jóvenes que está dedicado este número de Donne Chiesa Mondo, mujeres jóvenes pero con demasiada frecuencia, tanto en la sociedad como en la Iglesia, son englobadas en la categoría jóvenes ‘tout court’. Y, sin embargo, como argumentan estos artículos, también en esta fase de la vida hombres y mujeres no están superpuestos.

Porque si la escritura autobiográfica de los alumnos de las escuelas de secundaria, como explica la profesora Anna Maria Rossi, es diferente –compleja, rica, creativa y a veces imprevisible la de las mujeres; sintética, esencial, a veces repetitiva, la de los hombres–, esto debe, necesariamente, reflejar algo de las respectivas identidades. Porque si la identificación femenina con la religión está más marcada en las jóvenes que en los jóvenes, como cuenta Marie-Lucile Kubacki haciendo referencia a un estudio reciente, esto no puede ignorarse o entenderse mal. Normalmente la cuestión de las chicas, al menos en los países occidentales, es totalmente aplastada por la natalidad, sin embargo, las cosas son mucho más complejas.

“La vida personal se ha convertido en un aspecto que se trata de adaptar de la mejor forma posible al plano de la carrera”, afirma en la entrevista la joven filósofa francesa Marianne Durano. Y “las mujeres son las grandes perdedoras de esta representación, porque el ritmo de las carreras en nuestra sociedad es opuesto al del cuerpo femenino”, como confirma en el debate sobre la existencia o no del reloj biológico para las mujeres, ilustrado con gran claridad, la científica Mariella Balduzzi. Ese famoso “hombre y mujer los creó” es realmente algo que no puede ser ignorado ni siquiera cuando hablamos de jóvenes.

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