Manuela Carmena apuesta por “el respeto al hecho religioso”

Manuela Carmena en la conferencia Soñamos la ciudad, la construimos juntos organizada por entreParéntesis Universidad Pontificia Comillas Madrid 20 octubre 2016

“La presencia pública de la religión depende de lo que quieran los ciudadanos”, dice la alcaldesa de Madrid en una charla en Comillas

Manuela Carmena en la conferencia Soñamos la ciudad, la construimos juntos organizada por entreParéntesis Universidad Pontificia Comillas Madrid 20 octubre 2016

La alcaldesa junto al rector Julio Martínez y el profesor Raúl González Fabre, en la charla organizada por entreParéntesis

RUBÉN CRUZ | Manuela Carmena ha demostrado que para construir su ciudad cuenta con todos. Hasta con el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro… Aunque se declara no creyente, la alcaldesa ha tomado contacto con el prelado. La buena relación entre el Consistorio y el Arzobispado ha supuesto, por ejemplo, la inclusión de un religioso en la Comisión de Memoria Histórica.

Por todo ello, entreParentesis la escogió para comenzar su ciclo de conferencias Soñamos la ciudad, la construimos juntos, que tuvo lugar en la Universidad Pontificia Comillas el 20 de octubre. Se enmarca dentro de “la cultura del encuentro, que es lo que están pidiendo Francisco y Osoro: construir puentes y no muros”, explicó el rector Julio Martínez.

Carmena defendió ante los jesuitas que la presencia pública de la religión “depende de lo que quieran los ciudadanos”, pero siempre “bajo el respeto al hecho religioso”.

Con Madrid empapada, la alcaldesa se retrasó cinco minutos. “Perdonad”, dijo sonriendo al rector. Le esperaba una sala abarrotada donde había estudiantes de varias universidades, profesores… Una charla para todos en una universidad para todos. Construir Madrid pasa por luchar contra la desigualdad, según Carmena. “Madrid se construyó rápido y de forma desigual. Y esta desigualdad sigue existiendo. No es lo mismo nacer en Vallecas que en el barrio de Salamanca. Hay que combatir esta desigualdad”, explicó.

Durante su alocución, compartió anécdotas que le han sucedido durante sus 15 meses de mandato: “Recuerdo a una chica de Villaverde que tenía carrera universitaria, sabía tres idiomas y no conseguía trabajo. Me dijo que sus padres eran obreros y no tenían contactos…”. “¿Qué estamos haciendo mal?”, se preguntó. Para luego afirmar que “no puede haber desarrollo sin inclusión”.

Al ser preguntada por Vida Nueva sobre si en el Madrid con el que sueña tiene cabida la religión en el ámbito público, manifestó que “hemos vivido unos modelos muy claros y, las personas que los hemos vivido, consideramos que no debe haber ninguna vinculación entre lo religioso y lo público, para evitar que haya una religión dominante”.

No obstante, “ese modelo puede completarse con un respeto al hecho religioso que permita que haya alternativas de vinculación entre lo público y lo religioso para no lesionar los derechos de nadie”, continuó. En esa medida, “vale siempre más buscar la integración, aunque tenga que estar dentro de la perspectiva de las diferentes creencias”.

Regresar al humanismo

Bajo su condición de no creyente, Carmena dijo que ha aceptado participar en actos religiosos porque “hay muchos ciudadanos que quieren que su alcaldesa, aun sabiendo que no es creyente, esté”. Por eso, “si con mi actitud no falto al respeto, lo hago con gusto”. Aunque “sin hipocresía, quedando claro que no creo, pero asumo tal respeto por el hecho religioso, que si los madrileños creen conveniente que esté, allí estaré”, sentenció.

La alcaldesa también mostró su sorpresa por que se le critique por un discurso buenista: “¿Eso es malo? Lo malo sería que fuera ‘malista’”, afirmó. Porque ella quiere implantar una nueva política, “la política de los cuidados”. Por eso, remarcó que “no habrá progreso si no regresamos al humanismo”. Carmena no quiso acabar sin recordar que Madrid debe ser, “tolerante”. Así, quiere que no sea una ciudad de sí o no, sino de “sí, ¿por qué no?”.

Publicado en el número 3.009 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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