Sadiq Khan, el primer alcalde musulmán para el Londres más multicultural

Sadiq Khan, alcalde de Londres

El laborista, de origen paquistaní, toma posesión de su cargo en una ceremonia interreligiosa

Sadiq Khan, alcalde de Londres

La catedral de Southwark albergó el acto el 7 de mayo

CELIA MAZA (LONDRES ) | El laborista Sadiq Khan, hijo de inmigrantes paquistaníes, ha hecho historia al convertirse en el primer alcalde musulmán de Londres, una urbe en la que el 44% de los 8,6 millones de sus habitantes forma ya parte de una minoría étnica. Su victoria es todo un hito, teniendo en cuenta, además, el panorama nacional, donde los partidarios que abogan por volver a los “valores tradicionales” ganan cada día más adeptos, coincidiendo con la campaña ante el referéndum del 23 de junio sobre la permanencia del Reino Unido en la UE, con la inmigración precisamente como protagonista indiscutible del debate.

Khan ha prometido convertirse en el alcalde de todos. Y la jura de su cargo, el 7 de mayo, fue toda una declaración de intenciones: eligió la catedral de Southwark, en la orilla sur del río Támesis, iglesia madre de la Diócesis Anglicana de Southwark y uno de los templos más antiguos de la ciudad. La encargada de presentarle fue la baronesa Lawrence de Clarendon, madre del adolescente británico Stephen Lawrence, asesinado en un ataque racista en el sudeste de la capital en 1993. Durante su infancia, Khan también tuvo problemas por el color de su piel y, aún hoy, reconoce que no es “fácil” ser musulmán en el Londres de 2016.

Al felicitarle en un comunicado, el cardenal Vincent Nichols, arzobispo de Westminster y primado católico de Inglaterra y Gales, le aseguró sus oraciones “para este importante cargo en el que se enfrentará a los grandes retos de Londres, en su riqueza, diversidad y energía”. Haciéndose eco de las palabras de Francisco en la entrega del Premio Carlomagno denunció “la pobreza de la exclusión”. “Que este espíritu inspire la dirección de nuestro nuevo alcalde”, concluyó Nichols.

En el tradicional “desayuno con ciudadanos” que se ofrece en el Ayuntamiento para recibir al nuevo mayor, Khan también tuvo oportunidad de reunirse con otros líderes religiosos, como el obispo anglicano de Barking, Peter Hill; el reverendo Sean Connolly, de St. Stephen’s Catholic Church; o el rabino Janet Darley, de la sinagoga liberal South London.

Las creencias islámicas de Khan no han sido noticia. La prensa apostó, más bien, por presentar a los alcaldables en una lucha de clases: el laborista Khan, hijo de inmigrantes y criado en una vivienda de protección oficial en el humilde barrio de Tooting, frente al conservador Zac Goldsmith, hijo de un multimillonario y aristócrata, con contactos en la realeza y mansión en el exclusivo barrio de Richmond. Sin embargo, cuando el tory empezó a verse acorralado en las encuestas, acusó a su oponente de dar “plataforma, oxígeno y cobertura” a grupos extremistas al haber defendido durante su época de abogado a radicales como Azam Tamimi.

Ante todo, tolerancia

Según los analistas, sacar la religión a la palestra fue la razón de su gran fracaso. Austen Ivereigh, autor de la biografía papal El gran reformador, asegura a Vida Nueva que el intento de utilizar la religión por parte del candidato conservador “fue un gran error”. “El Reino Unido, en general –matiza–, ha dejado de ser cristiano hace mucho tiempo. La religión no es importante a la hora de votar. Solo importa la tolerancia. Londres es una ciudad muy plural. Lo que ha ocurrido aquí con Khan no habría podido pasar en otro lugar. Y por eso ha ganado la campaña la tolerancia”.

En el nº 2.988 de Vida Nueva

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