OBITUARIO: Ignacio Larrañaga, un hombre que respiraba paz

Ignacio Larrañaga, religioso capuchino fallecido en octubre 2013

Religioso capuchino, autor de libros espirituales y fundador de los Talleres de Oración y Vida

Ignacio Larrañaga, religioso capuchino fallecido en octubre 2013

FERNANDO MENDOZA JACQUEZ | Era el meridiano de la década de los 90. Me había comprometido a realizar una entrevista al padre Ignacio Larrañaga a larga distancia. Sabía que el religioso capuchino no respondía a entrevistas telefónicas, así que el correo electrónico era mi única herramienta. Hice mi listado de preguntas, las envíe, y a vuelta de dos semanas, tenía las respuestas.

Le había conocido unos diez años antes a través del libro Muéstrame tu rostro. Desde entonces, Ignacio Larrañaga se hizo mi compañero. Con él aprendí a adentrarme en los vericuetos de mi relación con Dios y con Jesús. Aprendí a tratar cariñosamente a Dios, a verlo más humano, más cercano. Hizo que el rostro de Jesús lo viera en el hombre, en el vulnerable, en el pobre, en el enfermo, en el anciano…

Luego, ya en la Universidad y con más holgura económica, apareció en mis manos El silencio de María, y comencé a amar a una María diferente a la que ya conocía. Una madre orante, cercana y ocupada con mis tristezas y alegrías. Después, una amiga me regaló Salmos para la vida, que me condujo por una oración más espontánea y sencilla.

En 1987, asistí a los primeros Talleres de Oración y Vida (TOV) que se realizaron en la Arquidiócesis de Chihuahua (México). ¡Otra experiencia diferente! Cuando me informaron de que el capuchino iría a Chihuahua, quería conocer personalmente a un amigo cercano, a alguien con quien de muchas maneras ya había hablado. Fue una entrevista sencilla, en la que descubrí que el religioso no respiraba oxígeno. Descubrí que respiraba paz.

Alejado de cualquier estrés, fue desgranando su espiritualidad franciscana y una marcada vida de oración, donándose a sí mismo y conduciendo a todo lector y oyente a una vida plena y cercana a ese Dios que siempre está esperándonos.

Ahora me enteré de su muerte. Era el lunes 28 de octubre. Tal y como vivió gran parte de su vida, los capuchinos de Chile anunciaron sencillamente su muerte. “Esta mañana ha partido a la casa del Padre nuestro hermano Ignacio Larrañaga, conocido por sus libros espirituales y la fundación de los Talleres de Oración y Vida”. Añadían muy pocos detalles: “Se encontraba en México, dando retiros y conferencias, cuando en la madrugada de hoy fue encontrado ya sin vida”.

Había nacido hacía 85 años en la misma ciudad que vio a nacer a otro gran Ignacio, el santo fundador de la Compañía de Jesús: Loyola. Fue destinado a diversos países de América Latina. En 1974 comenzó los Encuentros de Experiencia con Dios, una forma de retiro para laicos. Diez años después, fundó quizás su tarea más ardua, los TOV, que tanto bien han hecho a los cristianos. Escribió 17 libros, además de diverso material para los guías de esos talleres.

Si quisiéramos hacer un resumen de su vida en pocas palabras, propondría este: un hombre que respiraba paz.

En el nº 2.871 de Vida Nueva

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