Experiencia de redención

‘La Rioja. Tierra abierta’ conmemora el IX Centenario de Santo Domingo de la Calzada

rioja-tierra-abierta(Juan Carlos Rodríguez) Una muestra original y sorprendente en torno al pecado, la penitencia y el perdón. Un original recorrido desde la profundidad de un singular averno hasta la gloria celestial que expone el legado histórico y artístico de Santo Domingo de la Calzada, reforzado con profusión de pantallas y recursos informáticos que la convierten en instructiva, lúdica e interactiva. Santo Domingo de la Calzada sirve de escenario a un encuentro entre historia y tecnología, entre espiritualidad y era digital, en el que se expone a través del arte el camino que debe recorrer el cristiano para conseguir el jubileo y la redención de todos sus pecados. Jubileo, sí, porque el 1 de mayo se abre el año Jubilar Calceatense, celebración del noveno centenario de la muerte de santo Domingo de la Calzada.

rioja-tierra-abierta-2Así que la exposición en la catedral riojana, que incluye cuatro obras prestadas por los Museos Vaticanos además de otras dieciocho de la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño expuestas junto a otra veintena procedente del Museo Catedralicio, sirve de perfecto prólogo al año jubilar, pero también para ilustrar una relectura artística del pecado, de la penitencia y del perdón, que son los tres grandes ejes temáticos en los que se ha tejido para renovar sobre el mismo Camino de Santiago otro camino de caridad y de indulgencias. Un camino a lo largo de la catedral románica remozada para la ocasión, y un recorrido que, a partir del “Pecado” y del patio del claustro, nos irá llenando de imágenes de arte y fe: el sepulcro del Santo, Cristo Salvador, Penitencia, un ascenso hacia el cielo, Perdón, la torre barroca, milagros y peregrinos. 

Y el gallo, por supuesto, frente al gallinero gótico. Entre las obras prestadas por la Santa Sede, destaca un cuadro que reproduce el milagro por el que es conocido santo Domingo de la Calzada. La tabla, de Giovanni Francesco da Rimini, data del siglo XV y se conserva actualmente en la Pinacoteca Vaticana. Ahora, sin embargo, está en su capilla, cerca del sepulcro del santo eremita. El resto de las piezas vaticanas sirven, en sí mismas, de guión de este acontecimiento cultural y religioso, cuarta edición de La Rioja. Tierra Abierta. La Tabla de sepulcro paleocristiano historiado, una pieza de mármol blanco de 27 centímetros de ancho y 205 centímetros de largo y fechada entre los años 330 y 360, se puede ver en el área del “Pecado”. De autor anónimo, entre las figuras que aparecen en él talladas se encuentran Adán y Eva, san Daniel y el dragón de Babilonia. Procede del Museo Pío Cristiano Lateranense Vaticano. En “Penitencia” nos encontraremos con San Francisco recibe los estigmas, óleo sobre tela de Federico Fiori, El Barocci, fechado en 1595 y conservado en la Pinacoteca Vaticana. Mientras que en “Perdón”, luce Jesús crucificado entre los ladrones, óleo de 1893 firmado por Eduard Von Heuss procedente también de la Pinacoteca Vaticana. 

El pecador olvida

rioja-tierra-abierta-3Tres escenarios, tres paradas de una experiencia de redención. Etimológicamente, el término “pecado” tenía el significado de “olvido”, de “dejar de lado”. Por eso, la soberbia es considerada el principio de todo pecado, porque con ella el pecador se aparta de Dios en sus acciones. Y es lo que se representa en el patio del claustro. El pecador olvida, abandona, a Dios y a su ley. Como Adán olvidó a Dios al dejarse guiar por la serpiente. Entre las obras, junto a un vanguardista Jardín del Edén, destaca el Fascistol de Adán y Eva de la Iglesia de San Esteban de Ábalos. Una representación de San Miguel y el demonio, de la Iglesia de San Miguel de Rincón de Soto, recuerda la lucha eterna entre el Bien y el Mal. Los espectadores podrán ir ascendiendo hacia el claustro en una particular recreación de la “Penitencia”, y en este espacio se abordan aspectos como el bautismo, el arrepentimiento y las diferentes formas de penitencia que nos llevan finalmente a la confesión, mediante la cual obtendremos el perdón. El visitante comienza así realizando el bautismo y “es bautizado” metafóricamente, ya que sobre su cuerpo caen textos relacionados con este sacramento. A partir de aquí comienza un largo camino penitencial en el que se pueden ver obras de arte que van desde un San Roque Peregrino, anónimo de 1490, a San Jerónimo Penitente, obra de Andrés de Melgar, pintada en el siglo XVI. El visitante puede confesarse para “evitar la tentación” e, incluso, puede levantar una cruz penitencial. Tras recorrer las estaciones del Vía Crucis, observará ejemplos de diferentes tipos de penitencia, como “Los Picaos” de San Vicente de la Sonsierra, cuya pila bautismal también ha sido trasladada a la muestra, y la del Camino de Santiago. Unas grandes manos acogerán, entonces, al visitante. Su arrepentimiento le llevará al área del claustro más cercana al interior de la catedral, al “Perdón”, al Paraíso. Tonos blancos y altos cortinajes evocan el efecto de la ascensión en un espacio que comienza con la Eucaristía, representada con obras como el Tríptico de la Misa de San Gregorio, de Adrián Isenbrant (1530); la Última cena de la Iglesia de San Miguel de Cuzcurrita o la Apoteósis de la Eucaristía: Iglesia de Santa Eulalia de Arnedo. Si decide continuar hasta el “cielo” ascenderá a la azotea, a las defensas de la catedral, en donde se proyecta un vídeo en una gran plataforma que simula el acceso a visiones celestiales. Tras lo cual, ingresa en la nave central de la catedral, en pleno deambulatorio, en camino hacia Santiago, de cara casi al retablo renacentista de Damián Forment.

rioja-tierra-abierta-4La muestra, singular y sorprendente, exhibe, en este contexto, obras extraordinarias, de la diócesis como los Santiago Peregrino (iglesia de San Esteban de Ábalos), San Juan Bautista y Magdalena (casa parroquial de la Concatedral de La Redonda de Logroño), San Jerónimo Penitente (iglesia de San Bartolomé de Lumbreras), San Felices de Bilibio (iglesia de Santo Tomás de Haro) o el San Millán del Monasterio de Suso. Además del extraordinario Cristo del Reloj de la Pasión, procedente de la sacristía de San Miguel de Alfaro, y el Cristo Varón de Dolores, de la iglesia de Treviana. Y del propio Museo Catedralicio destacan la escultura sobre madera que representa a Verónica (siglo XV) o el tríptico de la Anunciación (siglo XVI). 

La Rioja Tierra Abierta. Pecado. Penitencia. Perdón, inaugurada por el Nuncio de la Santa Sede, Manuel Monteiro, el día 3, y que permanecerá abierta hasta el 18 de octubre, ha supuesto también la recuperación de una parte importante del patrimonio artístico y de la propia catedral. Y, por supuesto, de cara al Año Jubilar concedido por la Santa Sede a la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño (del 1 de mayo al 12 de mayo de 2010), período en el que se espera la visita de un millón de personas y que cuenta con un amplio programa de carácter religioso, social y cultural que convertirá este enclave en un foco de atracción turística. La muestra, organizada por la diócesis, el Gobierno de La Rioja y la Fundación Caja Rioja, es un luminoso arranque.

jcrodriguez@vidanueva.es

En el nº 2.656 de Vida Nueva.

Compartir