Tribuna

Tres líneas de Francisco en tres cardenales

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Hace unos días, con un grupo de jóvenes conversábamos sobre lo que nos había aportado como novedad el Papa Francisco. Surgieron diferentes apreciaciones: La vivencia concreta de la ternura y la misericordia, su empatía, la invitación a los jóvenes para que hagan lío, el cuidado de la casa común, salir a las periferias, un modo pastoral de anunciar la teología.



Días después y sorpresivamente nombró un grupo de cardenales en donde había tres argentinos que nos despertaron el triunfalismo, la alegría, las apreciaciones a favor o en contra, la curiosidad y varias sensaciones más.

Francisco, como buen pastor, siempre ve más allá, muestra algo, pero en realidad quiere decir otra cosa. Nombrando a estos tres cardenales, el padre Rossi, el padre Tucho y el padre Dri, no solo cumplió con algo funcional en la Iglesia que es ir reemplazando a su equipo de consejeros y electores papales, situación lógica por el paso del tiempo. Así mismo tampoco se motivó únicamente en el hecho de nombrar hombres bien formados de su confianza y su nacionalidad. Hay algo más.

Francisco en sus enseñanzas nos muestra siempre un estilo profundo y sencillo a la vez; las verdades de la Iglesia, lo que fundamenta nuestra fe, están centradas y sostenidas por el Evangelio de Jesús. No tiene una teología de escritorio, sino una teología de pastor, de caminante que mira y escucha a su pueblo a quien invita a mirar a Dios.

En segundo lugar, esa teología cobra sentido en obras concretas con el estilo de Mateo 25, mirar y escuchar al más frágil viendo en él a Jesús. Allí se proclaman las verdades que sostienen a la Iglesia y que ella misma propone, de lo contrario es una teología sin espíritu, a la larga es letra muerta.

Finalmente, otro eje de Francisco es la misericordia y lo es a tal punto que inventó un verbo: “misericordear”; dejarse misericordear por Dios, descubrirlo desde allí y que cada uno, al estilo del Buen Samaritano, sea puente de esa misericordia con los demás. Así de simple. Misericordia que es perdón, oportunidad, conversión, amor de Jesús y que es el mismo Dios.

Lo que quiere Francisco

Sin caer en personalismos ni adulaciones, el nombramiento de estos cardenales argentinos nos dicen claramente lo que quiere Francisco para la Iglesia. Con sus fragilidades cada uno muestra un carisma.

El padre Tucho, monseñor Víctor Fernández es un estudioso, un docto en teología que la aborda desde su amor a Dios para que realmente sea una consistente expresión de Cristo; la teología que está en los libros, lo que nos da el Ser como Iglesia se realiza fuera de la Iglesia en un Ser y Hacer para los demás.

Pasando a la segunda línea de Francisco, su insistente llamado a vivir con el estilo de Mateo 25 tiene como ejemplo al Padre Ángel Rossi, arzobispo de Córdoba. Es un cura que a través de Manos Abiertas enseñó y abrió el modo de encarnar Mateo 25 y en su vida personal, como lo dice su fundador San Ignacio, es todo amor y servicio.

Finalmente, la coronación de esta teología encarnada se da en el padre Luis Dri, un sacerdote que se pasa horas confesando y regalando con generosidad y en silencio la misericordia con el sacramento de la reconciliación, la escucha, el consejo, el ánimo, la oración llevando a todos el amor de Dios.

¿Qué más decir? ¿Qué más podemos hacerle decir a Francisco?

Doctrina que sea expresión del espíritu y no una letra que mata. Una Teología que se hace vida en el amor y en el servicio. Una misericordia que está al alcance de todos.

No son tres cardenales, son tres enseñanzas que Francisco nos pone para ser fieles al llamado de Jesús.