Tribuna

Mujeres, testigos de amor verdadero… con el colectivo LGTBI+

Compartir

Cada celebración cristiana intento vivirla desde algún detalle nuevo cada año. Este adviento estoy centrado en los detalles de vulnerabilidad y cuidado en los que se va revelando el amor de Dios encarnado. El profundizar en la clave de que todos somos vulnerables, todos necesitamos cuidados y podemos cuidar a los demás.



Estoy encontrando miles de detalles, personas, momentos, situaciones…que día a día me manifiestan la vulnerabilidad y los cuidados de la misma, en mí y en los demás. También en mi Iglesia, que a veces la miro más desde el juicio que desde el amor verdadero. Como decía la poesía que no rece los rezos como el sacristán, ni que entierre un sepulturero. En esta Iglesia cercana, rural y sencilla en este adviento me están llegando toques de cuidado especiales.

Una novena especial

El último me ha ocurrido en Puebla de la Calzada donde me llamaron para celebrar con ellos un día de la novena de la Inmaculada a la que le tienen una devoción increíble y verdadera. Estando allí, personas conocidas me comentan que la noche anterior a mi participación, habían tenido una celebración memorable, única, inolvidable.

Les pregunté por eso tan vivo que les había marcado y me comentaron que habían celebrado la liturgia elaborada por personas de la parroquia que pertenecían al colectivo LGTBI+, en concreto a través de una catequista muy querida que es ejemplo de cuidado y amor en la comunidad. Me interesó ese gesto parroquial y ese modo de acercarse y abrirse a una realidad nueva con la ternura del cuidado y el deseo de abrazarse mutuamente en la vulnerabilidad y en la verdad.

Acogida y comunidad

Me explicaron lo que había supuesto en la comunidad el testimonio de las personas LGTBI, de sus familias y el sentido cristiano de sus vidas y su compromiso tanto en el deseo de amar de verdad como de ser cristianos en su comunidad parroquial. Me pareció un detalle de acogida y de comunidad verdadera.

Pedí reflexión a la persona que lo había organizado y a la persona que me compartió lo que había supuesto para ella estar en la celebración junto a esta amiga entrañable. Y no puedo dejar de compartirlo para que reflexionemos y oremos juntos, desde esta vivencia sencilla de una parroquia rural de la diócesis de Mérida-Badajoz.

Sacerdote inclusivo e innovador

Así se expresaba María José Aguilar, que coordinó la preparación de la liturgia:

“Hace al menos unos veinte días, recibí una llamada del párroco de nuestro pueblo, Puebla de la Calzada. Don Fermín me comentaba que había pensado que un día de la novena de la Pura la preparara el colectivo LGTBI para mostrar así la acogida del colectivo dentro de la Iglesia, una Iglesia que es de todos. Al principio, me quedé un poco en shock. Parecía un poco surrealista que un párroco hubiera tenido esa iniciativa. Pero, como conozco a don Fermín ya que soy catequista en la parroquia, luego dejó de sorprenderme. Tenemos mucha suerte de contar con él, un sacerdote muy inclusivo e innovador”.

“Luego llegó la parte más difícil: preparar la Eucaristía desde una manera sencilla de entender, desde el amor que nuestro Padre nos tiene y quiere que nos tengamos entre nosotros”, exponía María José, que continúa su relato: “El domingo 4 de diciembre nos reunimos en la novena y la celebramos y transmitimos a la gente nuestro ideal de vida lleno de respeto, tolerancia y mucho AMOR. Además, mi madre dio su testimonio de una manera muy pedagógica para que la gente pudiera entenderlo de una manera sencilla y sin generar polémicas. Fue un testimonio precioso que acabó lleno de aplausos”.

“Desde mi experiencia personal -añade esta feligresa-, este día fue muy emotivo para mí y para todos los que nos acompañaron. Le doy las gracias a don Fermín por esta oportunidad, a mi familia y amigos por el apoyo recibido siempre y, sobre todo, a Dios por querernos tal y como somos: ‘Eres único e irrepetible. Dios te ha creado así. Atrévete a ser tú mismo’”.

Visibilizar esta realidad

Y así lo vivió Adela Méndez, persona que acompaño en su proyecto de vida cristiana como esposa, madre y profesional cristiana: “Pisteando el Instagram, una tarde me encuentro con una historia de una persona muy especial para mí y mi hijo, su historia era sobre la preparación de la novena a la Inmaculada dedicada al colectivo LGTBI”.

“En ese momento -reconoce Adela- me dio un vuelco al corazón, un vuelco que me hizo sentir sensibilidad, emoción e ilusión…Creo que ya era hora de visibilizar este tema en la Iglesia, romper esta barrera de la sociedad y ver a estas personas, que lo único que hacen es amar y entregarse a la persona que quieren, desde el corazón y los ojos de Dios”.

Lleno en la parroquia

“Le pregunté a mi amiga que cuando sería, pues si no pudiera ir a la novena este año, ese día no me la perdería, tenía que estar acompañándola y disfrutar de esa novena que sería tan importante para ella”, expone esta cristiana, que continúa con su relato: “Llegué a la novena, la parroquia estaba llena, con miedo por la reacción de los feligreses, un 90% personas mayores, pero del inicio al final de la novena fue un sentimiento diferente, durante la novena emoción por todo lo preparado que me consta que lo había hecho con mucho cariño e ilusión, y demostrando a un pueblo el amor tan grande que guardan en su corazón, emoción al escuchar el testimonio de la madre de mi amiga, en su reacción ante la noticia de su hija hace ya 5 años y como lo vivió como madre y como hija”.

“Y por último -añade Adela-, al finalizar satisfacción por haber estado en una novena rompiendo barreras, unas barreras de ignorancia bajo mi punto de vista, ya que este colectivo necesita inclusión en la sociedad que vivimos.”

Ante esto me silencio y lo medito en el día de la Inmaculada, fiesta del amor puro y sencillo.