Tribuna

La religión del cyber monday or friday

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Cada vez nos vemos más inmersos en la oferta y la demanda del mercado. Como consumidores al acecho, vamos escogiendo aquello que nos interesa, gusta y es más conveniente para el bolsillo. Esto se demuestra en todos los ámbitos de la vida. Vas a un ‘mall’ y la oferta es impresionante, vas a un supermercado y pasa lo mismo. Como también si optas por lo más práctico y rápido, y te decides por una compra ‘online’. Cuando todavía no está terminando una temporada o mes, ya tienes las ofertas de los famosos ‘Cyber Monday or Friday’, donde te ofrecen todo con el 50% de descuento.

En la sociedad del todo fácil, rápido y sin ideas, da la impresión de que cada vez el espacio para reflexión y el pensar no tienen cabida. Basta mirar los niños de hoy, por ejemplo: si no tienen la pantalla para deslizar su dedo, se acabó la entretención. O algunos estudiantes: si no encuentran la síntesis del libro por internet, entonces la lectura ya no parte de la reflexión y la asimilación del contenido de la obra.

Se dice que los ss. XIX y XX fueron catalogados en filosofía como la época de “los padres de la sospecha”. Cómo no recordar a Hegel, Marx, Nietzsche o Freud, los cuales difundieron un sentimiento de duda e incertidumbre sobre los principios básicos de la sociedad moderna, específicamente aquellas cosas que habían sido las certezas o seguridades precedentes. Sin duda que esto llegó también al ámbito de la fe y, por supuesto, puso en cuestionamiento la autenticidad de los evangelios. ¡Tanto!, que comenzó a dudarse si Cristo existió y, si existió, ¿era el mismo que relatan los evangelios?

¿Mitificaciones?

Así se instaló la discusión con relación a la diferencia entre el Cristo de la fe y el Jesús histórico. Luego, la figura del teólogo alemán, protestante, Rudolf Bultmann, (fallecido en 1976), se alza como un desmitificador de la época. Sostenía que el creyente debía olvidarse del Jesús histórico y remitirse solo al Cristo de la fe. Además, establecía que los evangelios son mitificaciones de un personaje imaginario del cual no podemos saber nada porque nunca existió. Son solo relatos míticos, elaborados posteriormente e inventados por san Pablo.

Este pensamiento de Bultmann trajo un terremoto para el cristianismo, que evidentemente dejó sus secuelas. Una de ellas la describió el papa emérito Benedicto XVI y la llamó “la religión del supermercado”. Hoy la llamaría ‘la religión del Cyber Friday or Monday’. Entonces, cuando se presentan buenas ofertas entras a la compra virtual. En el ámbito de la fe haces lo mismo, asistes al culto cuando sientes ganas; o no, mejor cuando sea “Navidad”, para Noche Buena, o tal vez te decides para el Viernes Santo o finalmente apareces por la Iglesia para el día de la Inmaculada o la peregrinación a Luján.

En esas visitas ‘Cyber’, te quedas con algunas cosas que dijo el cura con respecto al amor al prójimo o de asistir al enfermo; las que no te parecieron las desechas o bien las pones en “duda y cuestionas”. Como por ejemplo lo que señala Jesús acerca del “adulterio” o “Ama a tus enemigos y reza por ellos”, “A quien te abofetee, preséntale la otra mejilla”. Y dices: ¿lo dijo Cristo?, ¿en qué contexto?, ¿quién lo escuchó?, ¿en qué año se escribió? Sin embargo, a otro no le parecerá importante que Cristo resucitara o que a Pedro se lo responsabilizara de ser el pastor de su Iglesia. Así, ‘la religión del Cyber Friday or Monday’ te da para elegir lo que quieras, es muy cómoda y del gusto de cada cual. Es decir, todo está a tu alcance y, lo más importante, puedes escoger aquello que solo es de tu exclusivo interés, al resto no le das ni un solo “me gusta”.

El absurdo

El papa emérito Benedicto XVI, en su libro, ‘Jesús de Nazaret’ (2007), relata cómo está la Iglesia en ese momento y también señala las consecuencias de la desmitificación de Cristo: si existió Jesucristo, si el que nos cuentan es el de los evangelios, si los milagros de Jesús lo fueron o no, si lo que nos dijo Jesús lo dijo él, o solo son reconstrucciones posteriores de sus interlocutores o de las comunidades primitivas, etcétera. La verdad es que lo único a lo que nos llevan estos cuestionamientos es a poner en duda lo esencial de la Palabra de Dios. Porque entre tanta “interrogante” podemos llegar a decir absurdos como el manifestado en una entrevista realizada al general de los jesuitas, Arturo Sosa Abazcal, cuando dijo: “hay que reinterpretar a Cristo porque en aquella época no había grabadora”. Es francamente inaudito.

Así solo abrimos la puerta para poner en duda la palabra de Dios en otras cosas. Porque en ‘la religión del Cyber Friday or Monday’ no querrás pagar un costo por decir la verdad y llegar hasta las últimas consecuencias; o bien, rechazar una por una las enseñanzas y acciones de Jesús. No te servirá, por ejemplo, lo que dijo Jesús con respecto que “la verdad los hará libres”. O “Si tu ojo, mano o pie son instrumentos de pecado, córtatelo,…”, “Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”.

Es decir, si vas por la vida tomando lo que te conviene de la persona del Señor, entonces habrás optado por ‘la religión del Cyber Friday or Monday’: un creyente ocasional y sin identidad. No podemos pretender que aquello que no nos conviene poner en duda sea lo único que se coloque en tela de juicio. Hay que ser conscientes de que, si ponemos en duda casi todo de lo que dijo e hizo el propio Jesús, permitimos, con los mismos derechos, que se pongan en duda otras cuestiones. De este modo, lo único que conseguiremos es destrozar al cristianismo y el mensaje de Jesús hasta quedarnos en un completo nihilismo o falta absoluta de certezas.

 

Si desea comunicarse con el P. Fredy: ftobar@sanpablochile.cl