Tribuna

El siervo de Dios Rafael García Herreros y su pasión por Cristo

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Leyendo atentamente algunos textos del evangelio, es interesante como Jesús se apasiona por enseñar con su ejemplo, es una manera pedagógica sencilla pero que llega al corazón de todos los oyentes, tanto los que lo siguen como aquellos que lo rechazan porque no están de acuerdo.



Hoy hablar de una figura icónica para los colombianos y latinoamericanos es muy importante, al saborear y al leer sus obras y en ellas su gran ejemplo y capacidad de interpretar el Evangelio en un contexto complejo para muchos, supo ser un verdadero instrumento de Dios para ayudar a muchos hombres a amar a Dios y a mi hermano, el hombre.

Su obra no muere nunca porque así lo prometió en su última entrevista concebida a Fernando Pacheco, reconocido periodista, quién lo invito a su programa de TV: “Si Usted llegara a faltar quien seguiría esta gran obra: “tengo un gran continuador que es idóneo para seguir esta gran obra, se llama el padre Diego Jaramillo, gran eudista a quien admiro mucho y otros eudistas idóneos para seguir esta gran obra que garantizaran por muchos años más su permanencia”.

La pasión por Cristo

En una carta del padre Crespel en sus primeros años, recién llegando al seminario resonaría en toda su vida como fuente de inspiración y punto de partida para la gran obra que luego le apasionaría y le dedicaría su tiempo hasta el final de su vida, ayudando a muchas personas: “La medida del amor es amar sin medida. Apasiónese más y más por Cristo nuestro Señor” (Diego Jaramillo, cjm. Rafael García Herreros, Una vida y una obra, Centro carismático Minuto De Dios, Bogotá D.C., 1984.Pág. 181).

Le preguntaron al Siervo de Dios Rafael García Herreros, sobre lo que lo apasionaba en la vida, respondió jocosa y libremente: “Solo me apasiona Cristo”, parece una respuesta sencilla a un hombre con una gran obra, pero luego dijo: “Mi principal pasión es Cristo, me entristecería si los demás no ven en mi vida mi pasión por Cristo”, seguro que el servicio es su pasión por vivir el evangelio y actualizarlo en esta gran obra de evangelización que marcará a muchos eudistas que siguen su ejemplo hoy en la provincia Minuto de Dios y en otras provincias como la de Colombia y Venezuela.

Un atentado a su vida

El Siervo de Dios Rafael García Herreros, recibió un atentado que lo escribe y relata Diego Jaramillo hablando sobre algunas dificultades de hacer un barrio que se convirtiera en un ejemplo para la convivencia, en su libro “una vida y una obra”, nos relata así el suceso: “en marzo de 1961 dos disparos hechos con pésima puntería que él comentó estóicamente: “El uno fue contra mí y el otro contra la obra. Por fortuna ambos salieron ilesos”. (Diego Jaramillo, cjm. Rafael García Herreros, Una vida y una obra, Centro carismático Minuto De Dios, Bogotá D.C., 1984.Pág. 144).

No le tengo miedo a la muerte

En algunos momentos que le preguntaron al Siervo si le temía a la muerte dijo: “no le tengo miedo a la muerte, le tengo más miedo a no apasionarme por Cristo y a que los demás no se apasionen por Cristo por mi mal ejemplo”. El ejemplo del Siervo frente a su amor por Cristo es un motivo de dejarnos apasionar por Cristo traducido en obras, parafraseando a San Agustín, obras son amores y no buenas razones, me parece que esta obra permanece en el corazón de muchos colombianos por el cariño que le tienen a un hombre que marcó y dejo una huella imborrable en la memoria y en el ADN o los genes de los Eudistas en Latinoamérica.


Por  Wilson Javier Sossa López. Sacerdote eudista del Minuto de Dios