Tribuna

Ecumenismo, con mural de fondo

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Recientemente se celebraba el 25º aniversario de la riada y, con tal motivo, se presentaba el mural grandioso que se ha realizado en el barrio del cerro de Reyes, que tanto nos atrae y nos provoca en la Diócesis de Mérida-Badajoz. Yo he pasado varias veces delante de él, me he detenido y lo he contemplado desde el recuerdo, la emoción y también desde la contemplación y la oración.



Ese es el motivo de que la celebración ecuménica que clausura el Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos la comencemos de una manera sencilla bajo este mural conmemorativo. El lema de este año en dicha semana es sacado del profeta Isaías: “Haz el bien y busca la justicia”. El profeta arremete contra el pueblo que se escuda en sus rezos y celebraciones sin compromiso real con los pobres, la viudas, los huérfanos, los enfermos, los inmigrantes…

Mural ecuménico

Auténtica justicia

Les dice que sus rezos estomagan al buen Dios y que no quiere ni oírlos, porque ese Dios quiere que se laven, se purifiquen y hagan el bien verdadero y busquen la auténtica justicia. Para nosotros este barrio, con este mural, es un signo de esa llamada continua a hacer el bien y procurar la justicia.

Así lo fue ante la riada, donde todo lo que se primó fue la verdadera compasión la que nace del bien sencillo y oculto, comprometido, así como del deseo de una justicia para los que sufren y se quedan a la intemperie. Hoy, la realidad de ese barrio es de sueño y de esperanza, como lo son esas aves que coronan su fuente frente a ese templo también emblemático.

Sociedad fraterna

Los cristianos, y personas de buena voluntad nos uniremos para celebrar ese deseo de bondad y justicia en el atardecer, haremos paseo del mural, a los signos de esperanza y, con cantos y contemplación de la Palabra de la vida, nos uniremos en el compromiso de construir juntos una sociedad de fraternidad fundada en lo humano, en lo común, en lo bueno y en lo justo.

Para eso hacen falta todas las manos, todos los corazones y también todos los cristianos, más allá de la comunidad eclesial a la que pertenezcamos. Nos veremos y sentiremos en nuestro interior los mejores deseos que nos invitan a la coherencia de un evangelio comprometido en la unidad y en la verdad.