Tribuna

Ante el caso de Helena Maleno: la solidaridad no es delito

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De lo que ocurre en Europa en materia de migraciones, una parte importante es la ayuda desinteresada de miles de ciudadanos europeos a las personas que ponen su vida en peligro cruzando el Mediterráneo para intentar acceder a Europa. Helena Maleno es una de ellas.

Investigadora española residente en Marruecos y experta en migraciones, sus llamadas a Salvamento Marítimo español han sido claves en los últimos años para facilitar los rescates de migrantes en dificultades por parte de dicha entidad en las aguas del Estrecho.

Helena Maleno activista e investigadora española experta en migraciones

Para nuestra sorpresa y la de muchas otras instituciones, hay abierto, sin embargo, un procedimiento penal en Marruecos por su presunta vinculación con mafias de tráfico de personas. En el inicio de dicho proceso está la información que Policía española ha pasado a Marruecos y su solicitud de que se investigue a esta persona.

Una cuestión moral

Estamos ante un tema muy serio para Helena, pero creemos que también plantea a nuestra sociedad una cuestión moral importante. El caso muestra paralelismos con el hostigamiento que están sufriendo activistas y defensores de migrantes y refugiados en otros sitios de España y de Europa. ¿Puede la solidaridad con el otro, en sus momentos de mayor necesidad, ser constitutiva de delito?

Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones, en 2017 más de 5.000 hombres, mujeres y niños perdieron la vida en el mar o en remotos desiertos y montañas intentando alcanzar sus destinos alrededor del mundo. El número más elevado de muertes se produjo en el Mediterráneo, donde más de 3.000 personas fallecieron ahogadas.

En España, 21.468 migrantes y refugiados llegaron en 2017 por mar y 223 fallecieron en el intento; la cifra de muertes hubiera sido muy superior sin las llamadas de Helena a Salvamento Marítimo.

Las razones de los flujos migratorios y de los refugiados son complejas. Pero sean las razones que sean, todos estamos llamados a atender nuestro deber humano fundamental de salvar vidas. No podemos escapar a esta obligación ineludible. Salvar vidas es un imperativo moral y legal básico. Helena Maleno es una persona valiente que ha hecho de la defensa y ayuda humanitaria a las personas migrantes una gran prioridad. No podemos más que agradecer su compromiso y solidaridad.

Todos nos lamentamos de la muerte de personas en el Mediterráneo y por ello, nos sorprende e indigna la persecución a quienes ayudan a salvar vidas. España -el Ministerio del Interior- ha sido quien ha impulsado el procesamiento de Helena Maleno en Marruecos y quien debe ahora ayudar al cierre del caso. La Fiscalía de la Audiencia Nacional española ha investigado el expediente policial remitido a Marruecos y resolvió hace unos meses que no aprecia indicio alguno de delito en las actividades de Helena Maleno.

(*) Alberto Ares SJ es delegado del Sector Social de la Compañía de Jesús; Cristina Manzanedo es miembro del equipo de incidencia del Sector Social