El español Jordi Bertomeu ha vuelto a hacer las maletas para embarcar rumbo a Lima apenas un año después de haber estado en la capital peruana investigando el caso del Sodalicio de Vida Cristiana. En esta ocasión, el Papa le ha encargado indagar en las acusaciones de mala conducta financiera en la comunidad eclesiástica Pro Ecclesia Sancta.
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Así se anunciaba ayer por medio de un comunicado: “El Arzobispado de Lima pone en conocimiento la llegada a nuestro país de Monseñor Jordi Bertomeu Farnós, Oficial del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y Comisionado por el Santo Padre para evaluar la investigación canónica en fase diocesana, aún en curso, sobre las presuntas irregularidades financieras atribuidas al Instituto de Vida Consagrada de derecho diocesano Pro Ecclesia Sancta”. Esta misión, subraya el texto, “tendrá lugar en la Nunciatura Apostólica de la Santa Sede en Lima, entre el 4 y 12 de marzo de 2024”.
No deja de llamar la atención que Francisco haya enviado a Lima a Jordi Bertomeu, en cuyas manos han estado investigaciones sobre abusos tan importantes como las del caso de Fernando Karadima. Además, el pasado 25 de julio llegaba a Perú junto al arzobispo maltés Charles Scicluna para ahondar en el caso del Sodalicio. Ahora, debe recabar información acerca de Pro Ecclesia Sancta, inaugurada por el jesuita español Pablo Menor y que está siendo investigada por la Arquidiócesis de Lima desde octubre de 2023.
Irregularidades económicas
De hecho, Pro Ecclesia Sancta está está en el ojo del huracán tras ser acusada por estafa en el canal Willax después de que Fernando Reyes Hernández, empresario jubilado, entregara 1,2 millones de dólares en forma de préstamo a la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, administrada por sacerdotes de esta entidad.
Tal como explica en su web, Pro Ecclesia Sancta actualmente se encuentra en Perú, España, Estados Unidos y Ecuador, y es “un instituto de vida consagrada católico integrado por sacerdotes, consagrados, consagradas y laicos” que fue formalmente aprobado en el año 2012 como Familia Eclesial de Derecho Diocesano.
La entidad se integra por “dos ramas separadas”: por un lado, “una rama masculina” compuesta por consagrados, entre los que se encuentran los clérigos; “y una rama femenina”, compuesta por consagradas. “La presencia laical se viene estructurando”, señala la organización, que especifica que “tiene como fin vivir y promover la vocación universal a la santidad y la perfección por medio de la espiritualidad del Sagrado Corazón de Jesús ad maximam Trinitatis gloriam”.
