Pliego
Portadilla del Pliego, nº 3.303
Nº 3.303

La vida consagrada hoy: ¿enterradores o parteros?

El reloj de la vida consagrada marca hoy distintas horas según los diversos contextos geográficos, culturales y eclesiales. Marca la ‘hora tercia’ (es decir, las nueve de la mañana) en lugares donde la vida consagrada está naciendo con fuerza o da los primeros pasos: por ejemplo, en algunos países de África (Congo, Camerún, Kenia o Tanzania) y de Asia (Indonesia, Timor Oriental y Vietnam).



Marca la ‘hora sexta’ (es decir, el mediodía) en lugares donde la vida consagrada está en su apogeo. Abundan las vocaciones, se fundan nuevos institutos, hay obras consolidadas y crece la ayuda misionera al exterior. India, Nigeria y Filipinas son tres países representativos de esta hora meridiana. De la India, por ejemplo, provienen los Carmelitas de María Inmaculada (CMI), fundados en Kerala en 1833 por san Kuriakose Elias Chavara y otros compañeros. En 2018 eran 2.674 miembros. Entre los institutos femeninos, destacan las Misioneras de la Caridad (MC), fundadas por santa Teresa de Calcuta en 1950. En 2020 eran 5.167 y estaban presentes en más de 120 países.

Lento declinar

El reloj marca la ‘hora nona’ (es decir, las tres de la tarde) en lugares donde la vida consagrada está decreciendo poco a poco, como en la mayoría de los países latinoamericanos (sobre todo, Chile, Argentina y México).

Marca finalmente la ‘hora duodécima’ (el paso de la tarde a la noche) allí donde la vida consagrada disminuye significativamente en miembros y obras y parece que se aproxima a su final: sobre todo, en Europa, América del Norte y Australia. Es necesario tener en cuenta las diversas ‘horas’ para tener una visión global lo más ajustada posible a la realidad y no dejarse llevar por juicios apresurados y por emociones superficiales.

Sentimiento de ocaso

Vistas las cosas desde Europa, es evidente que el reloj marca con claridad las horas del atardecer en el ciclo día-noche. El sentimiento de ocaso es más fuerte si se tiene en cuenta que Europa vivió hace seis décadas un momento de máximo esplendor y ha sido cuna de innumerables formas de vida religiosa a lo largo de la historia.

Muchas se extendieron después por todo el mundo: desde la abadía benedictina hasta las formas apostólicas de Ignacio de Loyola o Juan Bosco, pasando por las conventuales de Francisco y Domingo. Religiosos han sido personajes europeos famosos, como Clara de Asís, Tomás de Aquino, Brígida de Suecia, Catalina de Siena, Bartolomé de las Casas, Teresa de Jesús, Francisco de Vitoria, Mary Ward, Matteo Ricci, Angela de Merici, Georges Lamaître, Gustav Mendel, Teresa de Lisieux, Teilhard de Chardin, Edith Stein o Karl Rahner. No se entendería el continente europeo sin la presencia capilar de la vida consagrada.

Réplica en el futuro

Aunque las reflexiones que siguen son válidas para la vida consagrada en general, se aplican de manera especial a la vida consagrada en Europa por su número y peso específico, y porque es muy probable que lo que ahora sucede en el Viejo Continente se replique, con matices propios, en los demás –sobre todo, en América– en las próximas décadas.

Según las últimas estadísticas oficiales (2019), hay en la Iglesia 834.724 personas consagradas, de las que 813.229 pertenecen específicamente a institutos de vida religiosa. A pesar del incremento en África y Asia, el número global ha disminuido por el fuerte descenso en Europa y América. En 1965, al final del Concilio Vaticano II, las religiosas eran 961.264 y los religiosos 329.799; o sea, en total 1.291.063. En los últimos 60 años, la vida consagrada ha perdido, pues, casi medio millón de efectivos. En Europa todavía hay 279.343 religiosos, un número superior al de los otros continentes. Esta cifra es más llamativa si se tiene en cuenta que actualmente solo el 23,18% de los católicos viven en Europa, el 62% proviene de América Latina y el resto de África y Asia.

Abandonos y muertes

Además de los muchos consagrados ancianos que fallecen, cada año abandonan los diversos institutos de derecho pontificio dependientes del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica una media de 2.215 personas consagradas, entre las que no se incluyen las que están en el período de los votos temporales. En Europa el decrecimiento es evidente. A modo de ejemplo, cada año la vida consagrada en España –que actualmente cuenta con alrededor de 34.000 miembros– pierde una media de 1.200, la mayoría por fallecimiento. Solo de COVID-19 han fallecido más de 500 desde 2020 hasta ahora.

Por otra parte, aumenta significativamente la edad media de los institutos (a veces, por encima de los 75 años) en un continente que se caracteriza también (sobre todo, países como Italia y España) por un invierno demográfico. Nunca en la multisecular historia de la vida consagrada en Europa había habido tantas personas consagradas ancianas como ahora. Es una gran bendición y un enorme desafío.

Cierre y reorganización

Los institutos se ven obligados a cerrar casas y obras por falta de personal para gestionarlas. En general, hay una fuerte resistencia a dar este paso, aunque se juzgue necesario. Por otra parte, en los últimos treinta años ha sido normal el proceso de reorganización de provincias. En algunos institutos, toda Europa (o todo el instituto) constituye ahora una sola provincia religiosa. Pero la reorganización jurídica, que en muchos casos era inaplazable, no siempre ha significado revitalización carismática porque no ha estado acompañada por un proceso de verdadera renovación.

Se ha hecho una práctica normal destinar temporal o establemente a religiosas y religiosos de otros continentes a las provincias y comunidades europeas. Si durante siglos el desafío fue la inculturación de la vida religiosa europea en América, Asia y África, ahora se trata de crear un marco intercultural en las nuevas comunidades formadas por personas provenientes de diversas culturas.

Se constata también que el carisma de muchos institutos surgidos en Europa florece mejor hoy en otros continentes (sobre todo, en África y Asia) porque es susceptible de aplicación inmediata allí, sin las complejas mediaciones que suelen ser necesarias en la Europa secularizada. De hecho, muchos institutos de origen europeo se han convertido en multipolares. Las provincias africanas y asiáticas están demostrando ser creadoras de una nueva sensibilidad y una nueva forma de ver la vida consagrada, no exenta de problemas. Es muy probable que en las próximas décadas la vida consagrada en Europa tenga una fuerte impronta africana y asiática, lo cual obligará a discernir mejor los elementos esenciales y las traducciones culturales. (…)

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Índice del Pliego

INTRODUCCIÓN

I. ¿QUÉ NOS ESTÁ PASANDO?

  1. Disminución numérica y envejecimiento
  2. Cierre de posiciones y reorganizaciones
  3. Destinos de otros continentes
  4. Crisis de credibilidad (abusos)
  5. Crisis de relevancia social
  6. Crisis de identidad (inserción eclesial)

II. ¿QUÉ PODEMOS APRENDER?

  1. ¿De qué ha servido el proceso de renovación posconciliar?
  2. El riesgo de la distracción

III. ENCRUCIJADAS EN LA VIDA CONSAGRADA ACTUAL

  1. Interpretar el carisma desde el pasado o hacerlo desde el futuro
  2. Poner el acento en las obras o en la alternativa de vida
  3. Poner el propio instituto en el centro o abrirse a la eclesialidad
  4. Estar a la defensiva o irradiar alegría

IV. LA “HOJA DE RUTA” PARA TIEMPOS DE CAMBIO

  1. Algunos hitos en el camino de los últimos 30 años
  2. Acentos magisteriales para un cambio de paradigma

CONCLUSIÓN

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