Obispos colombianos demandan mayor presencia gubernamental en las regiones

Hacen un llamado a respetar la vida y salir al encuentro de las comunidades afectadas por la violencia

Continúa la 115.ª Asamblea plenaria de los obispos colombianos, que comenzó el 3 y culmina este 7 de julio. En rueda de prensa, presidida por Rubén Darío Jaramillo Montoya, obispo de Buenaventura; Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de Istmina -Tadó y administrador apostólico de Quibdó; Omar de Jesús Mejía Giraldo, arzobispo de Florencia, jurisdicciones más golpeadas por el conflicto, han pedido detener la violencia y respetar la vida.



Sobre todo recuperar el valor sagrado de la vida y “poner los ojos y las manos en acción ante las realidades de violencia armada, abandono estatal y diversas situaciones sociales que padecen las comunidades”, como señala el prelado de Buenaventura.

Ha lamentado que “los colombianos no podemos seguir destruyéndonos entre nosotros”, porque “defender la vida en todas sus formas es una tarea de todos”.

Contradicciones en Colombia

Mario de Jesús Álvarez, titular de Istmina-Tadó, ha cuestionado las contradicciones que “estamos viviendo: ¿Cómo es que nos calificamos como potencia de la vida, y nos perseguimos, matamos, destruimos?”.

“El llamado es a que nos detengamos a apreciar esta vida que el Señor nos permite gozar, este espacio, esta Casa Común”, puntualiza.

“La Iglesia como no tiene ni interés político ni económico tiene la libertad de ir a estos lugares, y la comunidad ve en ella una antorcha de esperanza”, aclaró, puesto que “estas son realidades que demandan la atención y acción del Estado”.

Toda vez que “nos interesa que las personas, las comunidades, sean cuidadas, protegidas y el que el Estado colombiano llegue. Nosotros somos en el fondo, en estos lugares, la voz de los sin voz”.

Cultura de sinodalidad

En esta asamblea los prelados han aplicado el método de la conversación espiritual, aplicado en las asambleas continentales del sínodo 2021-2024. Así han analizado la realidad con una visión integral: la salud mental, los derechos humanos, el medioambiente, la espiritualidad, el extractivismo, la deforestación, la minería ilegal, la ecología integral, la producción agrícola.

Al respecto, Omar de Jesús Mejía Giraldo, arzobispo de Florencia, ha explicado que “nosotros no estamos aislados, ni somos los únicos interlocutores. Estamos luchando por propiciar lo que el Papa Francisco nos ha impulsado: la cultura de la sinodalidad, entendiendo que debemos aprender a escucharnos desde todas las orillas. Y esto exige que como Iglesia tengamos la capacidad de vivir en este mundo pluralista”.

Foto: CEC

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