Los obispos uruguayos piden altura de miras

Una nota sobre los comicios de octubre llama a la responsabilidad

tabare-vazquez(Washington Uranga– Montevideo) Concidiendo con su última Asamblea Plenaria, la Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU) dio a conocer un documento titulado Pautas para el discernimiento en el año electoral, en el que señalan que “el proceso eleccionario trasciende la elección de un gobierno, y supone un horizonte social que se quiere alcanzar”. Por ello, los obispos entienden que “es nuestra obligación ciudadana trascender lo puramente partidario y la mera coyuntura electoral para buscar el bien común de nuestro pueblo a corto y a largo plazo”. El país se halla en la etapa previa de los comicios presidenciales, que tendrán lugar en octubre y que determinarán quién será el sucesor del socialista Tabaré Vázquez.

Como Iglesia -sostienen los prelados- tenemos la responsabilidad de colaborar activamente en la construcción de una sociedad cada vez más humanizante”, y esto “exige de nosotros el empeño permanente de realizar una reflexión comunitaria, respetuosa y profunda, así como del discernimiento y compromiso personal en la toma de decisiones”.

A continuación, recuerdan que “nuestra misión de cristianos abarca la totalidad de la realidad humana, pero se hace especialmente relevante en las instancias en que se define en gran medida el futuro de nuestro pueblo uruguayo”. Y agregan que “nuestra responsabilidad política como ciudadanos es permanente, ya que con nuestro actuar cotidiano vamos definiendo la sociedad en la que vivimos”, no obstante lo cual “hay momentos en que esa responsabilidad se hace especialmente presente en nuestras vidas, y el proceso electoral es una de ellas”.

También en otro texto reciente, los obispos reivindican “las miradas que se elevan más allá de intereses individuales o corporativos, para participar en la búsqueda del bien común y atender especialmente a las personas con capacidades diferentes y a las que sufren las consecuencias de la inestabilidad laboral, el desempleo y la retribución injusta”.

Se preocupan ellos por “los efectos de la crisis económica y ética global, de la prolongada sequía y los problemas energéticos”, pero, muy especialmente, por que “afecten sobre todo a quienes ya padecen a causa de muchas privaciones”. “Nos preocupa también -añaden- que se atribuya la crisis a meros aspectos coyunturales de la economía, dejando de lado la incidencia de las decisiones personales, la omisión de responsabilidades, la corrupción y la codicia que pueden anidar en cualquier corazón”. Todo ello “nos exige -concluyen- un discernimiento y un examen de conciencia, particularmente a aquéllos que inciden directamente en las finanzas internacionales”.

wuranga@vidanueva.es 

En el nº 2.662 de Vida Nueva.

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