Una obra de Francesc Torralba Roselló (PPC, 2012). La recensión es de Diego Tolsada
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Jesucristo 2.0
Autor: Francesc Torralba Roselló
Editorial: PPC, 2012
Ciudad: Madrid
Páginas: 304
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DIEGO TOLSADA | Es este un libro discreto, no en el sentido de cauteloso sino en el sentido más original de comedido, sopesado, es decir, sometido a medida y peso, pasado por la discreción de quien conoce bien la importancia y el alcance de las palabras, cuando estas intentan significar o, al menos, denotar realidades personales profundas. Es, pues, un libro que pretende decir un discurso cargado de sentido.
Esta pretensión encierra una exigencia de largo alcance, en un mundo donde la comunicación se ha vuelto tan fácil, que nos inunda a diario de palabrería insustancial… y donde, en nombre de un pluralismo que muchas veces no es más que simple relativismo, se traduce en un exhibicionismo de lo individual con la fatua intención de que puede interesarle a mucha gente.
Este libro es el relato, muchas veces elevado a discurso razonado y razonable, de una experiencia creyente. No son muchos en nuestra sociedad española los que se atreven, a partir de una cierta edad y una cierta madurez, a dar cuenta no de la fe católica en general, sino de su experiencia personal de relación con Jesús.
Menos los que, intentándolo, lo hacen con capacidad argumentativa. Y menos aún los que, de entre ellos, pertenecen por profesión y dedicación al mundo de la alta cultura, al mundo del pensamiento y, más en concreto, al campo de la filosofía. ¿Un filósofo español del siglo XXI, exponiendo y argumentando su experiencia de fe en Jesús de Nazaret? Raro, muy raro… Y espléndido, pues a la rareza se une la calidad.
Francesc Torralba (1967) tiene ya un largo recorrido intelectual y magisterial desde su cátedra de ética en la Universidad Ramon Llull de Barcelona, la Fundación Blanquerna, La Vanguardia, etc. El año pasado era nombrado por el Papa consultor del Consejo Pontificio de la Cultura. En su producción escrita se pueden encontrar ya más cincuenta títulos, de marcado corte pedagógico y antropológico.
Autoanálisis
En un conjunto escrito así, ¿a cuento de qué una obra tan personal y tan comprometida?, ¿a cuento de qué exponer la propia intimidad religiosa en un foro donde tantos cuchillos vuelan a propósito de la religión? ¿Era necesario? ¿Era conveniente? Indudablemente, es gratuito, en el más noble sentido de la palabra.
Él mismo lo dice: “Quiero pronunciarme… sobre el fondo de mis creencias, sobre la sustancia de mi vida espiritual, algo muy íntimo y secreto“ (p. 6), “hacer explícito el contenido de mi fe, intentar sumergirme en las fuentes espirituales que alimentan mi ser y que me hacen ser como soy. Es, en este sentido, un ejercicio de autoanálisis, aunque a la vez una presentación razonada de la manera que vivo mi opción personal por Cristo” (p. 7).
El libro se articula en seis grandes apartados, divididos a su vez cada uno de ellos en varios breves capítulos. Después de una aproximación al caleidoscopio espiritual de nuestra época, se plantea el tema básico: la opción por Cristo, que lejos de ser, como muchas veces se piensa, una evasión de la realidad (fuga mundi, renuncia a pensar y sentir, infantilismo…), es una llamada a meterse hasta el fondo de la realidad de la mano de Jesús para transformarla y sanarla de sus males.
Y siguen cuatro apartados: cada uno recoge un aspecto básico de la experiencia de la vida: el Cristo interior, en torno al cual pacificar el alma (la meditación, la oración como diálogo interior, la serenidad del corazón y el desprendimiento de sí, la liturgia…); el Cristo ético, que impide pasar de largo ante el mal e invita a responder a la llamada del otro, al perdón, a la acogida…); el Cristo cósmico, que abre a la belleza y a una determinada manera de vivir la relación con la Tierra; y el Cristo desesperado, que ayuda a aceptar y asumir esperanzadamente el sufrimiento cuando todo se hunde (dolor, culpa, muerte…).
Estos contenidos se presentan en un estilo propositivo, nunca impositivo. Son muy frecuentes las expresiones “tal como lo concibo”, “me parece que”, “no creo que…”, que no hieren la libertad del posible lector, pero que tampoco disminuyen la convicción del autor en sus afirmaciones. Modelo de una presentación del mensaje cristiano, de un talante evangelizador que tanto necesita nuestra Iglesia, lejos de tantos discursos que se pretenden poseedores exclusivos de la verdad.
Y discurso lleno de matices, como no cabe menos de esperar en un autor que sabe que la realidad, incluida la realidad de la fe, es una realidad compleja, no dada de una vez por todas, en la que la perspectiva y las circunstancias moldean nuestras percepciones, sentimientos, valores y decisiones.
Discurso que, de la mano de Kierkegaard en muchas ocasiones, ahonda en el Cristo interior, en el cristianismo considerado básicamente como adhesión personal a Jesús en la fe y en el amor, más que como vinculación a un conjunto de verdades objetivas o normas (aunque no se ignoran ni mucho menos).
Y discurso que también pretende una difícil síntesis entre razón y fe; síntesis, por otra parte, tan necesaria también hoy para escapar del agnosticismo y del fideísmo al uso: “La opción por Cristo es un verdadero estímulo en mi vida intelectual. He tenido que pensar y leer mucho para tratar de entender aquello que creo y las razones de mi opción” (p. 138).
Un buen libro para que el lector re-piense su fe y sus opciones básicas a la luz de un discurso sensado, propositivo, razonable, riguroso e impregnado de la cultura actual sobre aquello que es la fuente del sentido de la vida de un creyente en Jesús. Es posible hoy habitar humana y razonablemente el misterio cristiano. No solamente es posible, hay gente que lo consigue.
En el nº 2.819 de Vida Nueva.