Un libro de Darío Mollá, SJ (Mensajero, 2011). La recensión es de Xavier Quinzà, SJ.
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Espiritualidad para educadores
Autora: Darío Mollá, SJ
Editorial: Mensajero
Ciudad: Bilbao
Páginas: 160
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(Xavier Quinzà, SJ) Desde hace algunos años, Darío Mollá está empeñado en hacernos llegar la idea de que se puede hablar de Dios en palabras sencillas, que todos podamos entender. Estas páginas se sitúan dentro de un plan más amplio de intentar “nuevos lenguajes” para la espiritualidad en la Iglesia, en concreto en la corriente ignaciana de la Compañía de Jesús.
Hacer que Dios nos hable hoy no solo es un imperativo de cada cristiano, sino una consecuencia directa de la Encarnación. El Verbo eterno de Dios se hizo persona humana, voz y palabra de hombre, para que se le pudiera entender, para que Dios mismo pudiera ser escuchado y respondido en su invitación libre y generosa.
Este libro es una colección de charlas en diversos contextos educativos (claustros de colegios clásicos, a profesores de centros de educación formal y no formal), que se han ido reuniendo en una interesante síntesis.
Arranca la obra con “el desafío de ser”, ya que la educación de calidad incluye objetivos que sobrepasan los habituales de la mera instrucción. Lo que no olvidarán los alumnos es la calidad personal del profesor o profesora y cómo situarse en su vida. Calidad de servicio, desinterés, que desborda los contenidos tradicionales.
Dinámicas de vida y experiencia de Dios quiere responder a la pregunta: ¿qué podemos hacer para disponernos a una experiencia de Dios que sea real y reoriente nuestra vida como educadores? Se centra, sobre todo en las ayudas para facilitarla: el autoexamen, el acompañamiento, la “dieta” del ego, etc.
El siguiente paso nos marca un ”itinerario” o proceso de vida en tres tiempos al compás del curso académico, fijando primero el horizonte y desvelando después las decepciones o tentaciones que deberemos ir afrontando en nuestra tarea. Es un capítulo muy sugerente.
Pasamos luego a una aplicación de la espiritualidad ignaciana al trabajo cotidiano del educador y a la comunidad educativa en tres aspectos: como propuesta educativa, como lugar donde hacer visible el Evangelio y, al fin, cómo hacerlo “posible”, es decir: facilitar un encuentro personal con Jesús al modo de la contemplación de los misterios de los Ejercicios espirituales.
Después de una reflexión muy lúcida sobre las “fronteras” de la educación, concluye con un estudio brillante sobre el liderazgo, es decir, la función del director o directora en la misión educativa, tanto desde el modo de proceder como desde el discernimiento ignaciano.
En resumen: un libro muy útil para dinamizar la tarea educativa y darle contenido de experiencia espiritual en lo concreto y cotidiano de la vida. Un libro cuya lectura se agradece por poner la experiencia de Dios en palabras humanas: Dios en lo cotidiano de la educación.
En el nº 2.745 de Vida Nueva.