Ha sido durante una entrevista virtual con motivo de la Feria del Libro de Cajamarca (Perú) cuando el célebre escritor, Mario Vargas Llosa, se ha sincerado ante los espectadores: un religioso de la Salle abusó de él cuando tenía 12 años. Un hecho que, reconoce, le alejó de la fe.
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No es la primera vez que Vargas Llosa habla de aquel incidente. Lo cierto es que ya lo hizo en sus memorias, ‘El pez en el agua’. Sin embargo, sí que es la primera vez que, públicamente, profundiza de esta manera en cómo aquel incidente influyó en su relación con la religión.
“Yo era muy católico, porque había nacido en una familia muy católica, muy practicante y lo fui hasta los 12 o 13 años cuando tuve un incidente con un hermano del colegio La Salle. Fue un incidente, digamos, de origen sexual”, ha relatado el premio Nobel de Literatura.
“Me eché a llorar y gritar”
Sin dejar lugar a posibles especulaciones, él mismo ha explicado lo sucedido en el centro religioso donde estudiaba, situado en Lima. “El colegio estaba vacío y este hermano me llevó al quinto piso, donde no podíamos entrar los estudiantes del colegio porque era donde tenían los hermanos sus cuartos”, ha dicho.
En la Feria Virtual del Libro de Cajamarca, el premio Nobel Mario Vargas Llosa reveló que fue víctima de acoso sexual cuando sólo tenía 12 años. El hecho fue perpetrado en el colegio La Salle por parte de un religioso de la entidad educativa.
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“Sacó de pronto de su cuarto unas revistas mexicanas que se llamaban Vea que eran de desnudos, de bailarinas. A mí me dejó completamente desconcertado. Mientras las ojeaba, me di cuenta de que este hermano estaba tocando la bragueta, como si quisiera masturbarme”, ha continuado Vargas Llosa. “Fue para mí un escándalo, yo me eché a llorar y gritar”, ha señalado.
“Entonces el hermano Leoncio se asustó mucho, abrió la puerta, me dejó salir y me dijo: Cálmate”, ha afirmado. Asimismo, el escritor ha apuntado que cuenta esto “porque, curiosamente, a partir de entonces, yo que había sido un niño muy creyente y que cumplía con comulgar cada primer viernes, me fui desinteresando de la religión”.