El Celam por el Día de los Derechos Humanos: “No renuncien nunca a la paz”

Han pedido a todos los agentes de la pastoral “a seguir trabajando por la defensa y promoción del ser humano, en especial de los pobres, excluidos o perseguidos”

Miguel Cabrejos, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), ha suscrito un comunicado con motivo del Día Internacional de los Derechos Humanos, que se celebró este 10 de diciembre.



El prelado ha pedido a todos los agentes de la pastoral “a seguir trabajando por la defensa y promoción del ser humano, en especial de los pobres, excluidos o perseguidos”.

“Que no decaiga su ánimo ante tantas atrocidades que aún ocurren en la Región o en el Mundo, como es el caso de la guerra contra Ucrania”, ha dicho.

Por ello, ha pedido que “no renuncien nunca a la Paz. Tengan siempre presente que Dios los ama y los alienta a seguir cuidando de cada hermano o hermana, especialmente de quienes sufren. La Iglesia les agradece por su testimonio”.

Conversión sincera y decidida

Asimismo Cabrejos ha recordado a las víctimas de atropellos que “la Iglesia de América Latina y el Caribe les dice que, a pesar de todos los atentados, su dignidad de hijos de Dios es inalienable y se conserva intacta”.

“La sangre de los santos mártires de la Iglesia y de muchas mujeres y hombres que han puesto su vida al servicio de promover y defender los derechos humanos, expresa este compromiso constante como creyentes”, acotó.

Ha pedido mayor compromiso a los Estados en el respeto de los derechos humanos y aquellos que incurren en violaciones “les llamamos a una conversión sincera y decidida, y les pedimos en nombre de Dios, como lo dijo San Oscar Romero, que detengan ya todo atropello a las personas y a su dignidad”.

Reiteró que “la Iglesia reconoce en la Declaración de las Naciones Unidas un progreso enorme de la humanidad, pues en ella se establece, entre otros, el derecho a la salud, a la educación, a la vivienda, al trabajo y al descanso”.

El Celam hace suyo el dolor que aflige a quienes sufren por causa de la vulneración de sus derechos como el de la vida, la libertad, como poder manifestar su fe religiosa o expresar el pensamiento sin represión estén amenazados o prohibidos.

Foto: Shutterstock

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