Editorial

Una Plenaria intraeclesial y de trámite

Compartir

inauguración de la Asamblea Plenaria de la CEE noviembre 2013

EDITORIAL VIDA NUEVA | La CII Asamblea Plenaria del Episcopado español ha concluido esta semana en un ambiente de fraterna normalidad y con la elección de secrerario general de fondo. Un paso, sin duda, que muestra un cambio en esta institución. Otros temas, que venían desde hace tiempo esperando, han visto la luz verde. Pese a la importancia de la elección aludida, ha sido una asamblea de trámite, tranquila, con cierta luz larga, preparando la próxima y sin perder de vista los probables próximos nombramientos de los arzobispos de Madrid y Barcelona.

Esta asamblea ha sido la última de una etapa larga y significativa. Como decíamos la pasada semana, es la hora de un momento nuevo, marcado, sin duda, por los aires que llegan de Roma y del impulso misionero del papa Francisco.

El cardenal Rouco, que en la próxima asamblea de marzo se despedirá como presidente del Episcopado, pronunció un discurso de apertura plagado de citas del Papa, a la vez que trazó una radiografía de los retos que la Iglesia española debe afrontar de cara al futuro.

Un discurso insistentemente intraeclesial, con leves referencias a los “gozos y sufrimientos” de los hombres y mujeres de nuestro país, inmersos en una profunda crisis. Un párrafo escueto y referencial solo al desempleo juvenil y a las necesidades económicas, subrayando la labor de Cáritas, la institución que está haciendo “lo que tiene que hacer”.

Pese a la importancia de la elección del
nuevo secretario general,
esta ha sido una asamblea de trámite, tranquila,
con cierta luz larga, preparando la próxima y
sin perder de vista los próximos nombramientos
para Madrid y Barcelona.

Extrañó no poco la especial insistencia en un asunto delicado y de actualidad; y extrañó por el reiterativo y amplio tratamiento dado al mismo: la unidad de España como bien moral. La política territorial de España contó con la opinión del cardenal.

Para ello, aludió al jesuita Henri de Lubac, uno de los teólogos de cabecera del Papa, citado por Bergoglio en las congregaciones generales del precónclave. Un texto expuesto sin contexto: “La tentación de constituir Iglesias nacionales no siempre se ha logrado superar. Y no es seguro que incluso en nuestro siglo se consiga vencerla siempre y en todas partes. Al menos, bajo la forma todavía benigna que consistiría en afrontar demasiadas cosas desde una perspectiva demasiado estrecha, o en poner de tal manera el acento en ‘la Iglesia local’, que se acabe por enfrentarla con otras naciones, o en separarla prácticamente del centro y perder el sentido de la catolicidad”.

Eclesiología a la carta en el debate español de la territorialidad. Lógicamente, la referencia molestó a muchos.

El Gobierno del PP, sin nombrarlo, recibió, una vez más, la amonestación para que cambie leyes que no ayudan a la concepción cristiana de la familia. A los socialistas, que hace poco pedían la denuncia de los Acuerdos Iglesia-Estado, les recordó el marco constitucional y beneficioso de los mismos.

Víctimas del terrorismo y algún que otro detalle más, en la misma línea: advertir a quien le suceda que hay que seguir en la brecha y que no se puede bajar la guardia en una sociedad como la española, abocada al laicismo.

Al nuncio Renzo Fratini correspondió recordar la necesidad de salir a las periferias y de embarcarse en la “conversión pastoral”. Dos lenguajes, dos estilos y dos maneras de concebir la evangelización.

En el nº 2.872 de Vida Nueva. Del 23 al 29 de noviembre de 2013.

LEA TAMBIÉN: