José María Gil Tamayo, nuevo secretario general de la CEE

inauguración de la Asamblea Plenaria de la CEE noviembre 2013

El sacerdote y periodista generó un amplio consenso entre los obispos

José María Gil Tamayo, nuevo secretario general de la CEE

José María Gil Tamayo, nuevo secretario general de la CEE [extracto]

FRAN OTERO. Fotos: ENRIQUE LAPIDO | La Conferencia Episcopal Española (CEE) ya tiene nuevo secretario general. Será el sacerdote y periodista José María Gil Tamayo, que ocupará este cargo los próximos cinco años.

Gil Tamayo fue elegido el miércoles 20 de noviembre, en el marco de la CII Asamblea Plenaria, por una amplia mayoría de obispos (48) y en una sola votación, muy por encima de los otros dos candidatos, el obispo de Guadix-Baza, Ginés García Beltrán (17) y el obispo auxiliar de Madrid, César Augusto Franco Martínez (12).

Fue el cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la CEE, Antonio María Rouco Varela, quien llamó al sacerdote para comunicarle su elección nada más conocer los resultados. Gil Tamayo, que aceptó el encargo de los obispos, estaba en ese momento con su madre en Badajoz, donde es canónigo de la catedral, párroco de San Juan Bautista, delegado episcopal de Patrimonio Cultural y miembro del Consejo del Presbiterio. Por este motivo, no pudo comparecer ante los medios de comunicación el mismo miércoles, aunque sí lo haría al día siguiente. Queda en el aire si el nuevo secretario apostará por separar su cargo del de portavoz, aunque su perfil parece indicar que no será así.

José María Gil Tamayo, que se convierte de este modo en el noveno secretario general de la historia de la CEE, conoce bien el órgano colegial de los obispos españoles, pues desempeñó durante 13 años el cargo de director del Secretariado de Medios de Comunicación Social (1998-2011).

Entre las últimas y más importantes tareas que ha realizado, destacan la de ser portavoz en lengua española de la XII Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos (2012) y adjunto al portavoz de la Santa Sede durante el período de renuncia de Benedicto XVI, sede vacante, cónclave y elección del papa Francisco, este mismo año. Actualmente, también en el marco vaticano, es consultor del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales y editorialista del diario L’Osservatore Romano.

José María Gil Tamayo, nuevo secretario general de la CEE, con el papa Francisco

Gil Tamayo con el papa Francisco

Amplia experiencia

Licenciado en Estudios Eclesiásticos por la Universidad de Navarra y doctorando en Comunicación Social Institucional en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz de Roma, tiene amplia experiencia en medios de comunicación y coberturas informativas de eventos eclesiales, así como en actividades docentes.

Por ejemplo, ha coordinado la programación religiosa de Televisión Española (TVE) y Radio Nacional de España (RNE), y es miembro del Consejo de Administración de la Cadena COPE. También coordinó la cobertura informativa que TVE y RNE hicieron de algunas visitas papales a España, en las que colaboró como comentarista.

Antes de la elección de Gil Tamayo, el cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la CEE ya se había referido a la renovación del secretario general y portavoz durante el tradicional discurso inaugural, el lunes 18, donde, además, hizo un recorrido por los últimos acontecimientos eclesiales y fijó una postura en torno a diversas cuestiones sociales, políticas y económicas que afectan actualmente a nuestro país.

Sin duda, las frases pronunciadas por el cardenal Rouco que más repercusiones han tenido son las que se refieren a la unidad de España, en un momento en el que en Cataluña existe una fuerte corriente que defiende su derecho a decidir sobre su independencia o no.

“Nos preocupa también que la unión fraterna entre todos los ciudadanos de las distintas comunidades y territorios de España, con muchos siglos de historia común, pudiera llegar a romperse”, señaló, para añadir que “la unidad de la nación española es una parte del bien común de nuestra sociedad que ha de ser tratada con responsabilidad moral.

A esta responsabilidad pertenece necesariamente el respeto de las normas básicas de la convivencia –como es la Constitución Española– por parte de quienes llevan adelante la acción política”.

También abordó otra cuestión de actualidad: la liberación de presos de ETA por la anulación de la llamada Doctrina Parot. Se mostró preocupado ante la circunstancia de que “las heridas causadas por el terrorismo a tantas víctimas y a la sociedad entera no se curen por el camino del arrepentimiento, del propósito de la enmienda y de la satisfacción de las víctimas”.

“Es decir, que no se curen en su raíz por el camino del perdón y de la misericordia buscada, aceptada y concedida de corazón”, añadió.

inauguración de la Asamblea Plenaria de la CEE noviembre 2013

Sesión inaugural de la Plenaria

Rouco y la situación actual

Ante un numeroso auditorio, con muchos periodistas y en el que se estrenaron los obispos auxiliares de Oviedo y Toledo, Juan Antonio Menéndez y Ángel Fernández, además del presidente y la vicepresidenta de CONFER, Luis Ángel de las Heras y María Rosario Ríos, Rouco Varela insistió en su preocupación por el presente y futuro del matrimonio y de la familia: “Sus problemas siguen siendo muy graves y de honda repercusión para el conjunto de la sociedad. Es verdad que las leyes no son ni pueden ser la única ni tal vez la principal solución de estos problemas. Pero las leyes injustas contribuyen mucho al agravamiento de los problemas. Reiteramos una vez más la necesidad de leyes reconocedoras y protectoras del matrimonio y la familia. La actual legislación, que ni siquiera reconoce la realidad humana del matrimonio en su especificidad con una institución o figura jurídica adecuada, debe ser corregida y mejorada porque compromete seriamente el bien común. (…) Nosotros, como Iglesia, nos empeñaremos más aún en acompañar a los jóvenes hacia el matrimonio, y a las familias —jóvenes y no tan jóvenes— en ese camino suyo de toda una vida, del que habla el Papa. Y, al mismo tiempo, solicitaremos con todo respeto e incansable insistencia a nuestros gobernantes un giro positivo de la legislación y de la política sobre el matrimonio y la familia”.

No olvidó el presidente de la CEE, que dejará el cargo probablemente el próximo mes de marzo, la situación económica y social que atraviesa nuestro país. Reclamó una reducción sustancial del paro, sobre todo, del que sufren los jóvenes. “Este esfuerzo demanda una conversión moral de todos los agentes sociales, que ha de manifestarse no solo en unos comportamientos respetuosos de las exigencias fundamentales de la justicia y de la solidaridad, sino, además, en actitudes de generosidad desprendida en favor del prójimo. Es lo que Benedicto XVI llama en su encíclica Caritas in veritate, la actitud de la gratuidad”.

“El principio de la gratuidad –continúa– está activo en la ayuda generosa que los fieles y otras personas prestan a los que más sufren la crisis, a través de la organización oficial de la caridad de la Iglesia, que son las Cáritas parroquiales, diocesana y su federación nacional, y a través de otras organizaciones o personalmente. Es justo reconocerlo y agradecerlo. Sin esta ayuda la situación de muchos resultaría insostenible. Pero, además, la gratuidad ha de expresarse también en las relaciones económicas de todo tipo, como se explica en Caritas in veritate”.

En un apartado –el último– marcado por las preocupaciones sociales, recordó el sufrimiento que se viven en Filipinas tras el devastador paso del tifón Haiyan, para cuyas víctimas pidió oración y ayuda material, del mismo modo que lo hizo para aquellos cristianos de cualquier confesión que sufren persecución por su fe.inauguración de la Asamblea Plenaria de la CEE noviembre 2013

Año de la fe

Previamente, el cardenal gallego se había referido al Año de la fe, que concluye este 24 de noviembre, ante el cual ha pedido hacer “examen de conciencia”, un balance “auténtico y verdadero”.

Dicho esto, y tras glosar un itinerario de fe, en el que tiene una incidencia importante la liturgia, la oración y la caridad, apuntó: “Este itinerario espiritual, apostólico y pastoral de la nueva evangelización de los países de vieja tradición cristiana, como el nuestro, vale también, con los cambios oportunos, para los de tradición cristiana más jóvenes. Es el itinerario que había sido actualizado por el Concilio Vaticano II y por Pablo VI y luego propuesto y protagonizado por Juan Pablo II con un singular dinamismo misionero, fruto de una personalidad humana y espiritualmente extraordinaria; como también lo fue con excepcional sabiduría por Benedicto XVI”.

Rouco Varela concluyó su discurso, el penúltimo como presidente, con una referencia al Plan Pastoral de la CEE, del que ya se han cumplido dos importantes acciones: la beatificación de mártires de la persecución religiosa del siglo XX y la aprobación del catecismo Testigos del Señor, continuación de Jesús es el Señor.

Renzo Fratini llama a la “conversión pastoral”

El nuncio apostólico en España, Renzo Fratini, cerró la inauguración de la Asamblea Plenaria con una intervención en la que se refirió a la próxima visita ad limina y también a la beatificación de los mártires, pero, sobre todo, al magisterio que el papa Francisco está ofreciendo a la Iglesia.

Fratini les recordó que cuando el Papa habla de renovación no se refiere a un cambio de estructuras o a una reorganización, sino a renovar la manera de vivir, lo que implica “una conversión pastoral”.

“La nueva evangelización pasa, de esta forma, por el esfuerzo de crear conciencia de pertenencia y comunión eclesial, haciendo discípulos misioneros, anunciadores de Cristo en todos los ambientes, usando así el término ‘periferia’ en sentido amplísimo: en sentido de necesidad, de contingencia, ya sea espiritual, moral o social. En una palabra: los pobres”.

Así, recordó que el ejercicio del ministerio episcopal debe ser programático –dar respuesta a las preguntas del hombre de hoy– y paradigmático –la citada conversión pastoral, que exige actitudes y propósito de reforma de vida”.

Sobre esta última cuestión, Fratini cita al Papa: “Los obispos han de ser pastores, cercanos a la gente, padres y hermanos, con mucha mansedumbre; pacientes y misericordiosos. Hombres que amen la pobreza… simplicidad y austeridad de vida… Hombres capaces de estar velando sobre el rebaño que les ha sido confiado y cuidando todo aquello que lo mantiene unido…Hombres capaces de sostener con amor y paciencia los pasos de Dios en su pueblo”.

En el nº 2.872 de Vida Nueva

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