EDITORIAL VIDA NUEVA | La caridad, el amor, es central en la Iglesia. Importantísima en la transmisión de la fe, necesaria siempre, haya o no crisis económicas. La caridad es capaz de todo, como dice san Pablo. Pero no la que se reduce a la limosna, sino, como recuerda Cáritas en la festividad del Corpus Christi, la que, además, lleva consigo un cambio de vida, de modelo de convivencia y de relaciones con los demás, donde no prime el tener sino el ser.
Caridad que nos hace responsables en todos los ámbitos de nuestra vida –consumo, trabajo, relaciones comerciales y personales–, que nos exige sencillez y que nos lleva a tener siempre presente al otro. Que cambien las cosas no depende tanto de los políticos como creemos; tenemos mucho que decir.
Es el Día de la Caridad un aldabonazo, pero todos los días debieran ser de caridad para un cristiano, con las incoherencias y errores humanos, pero de caridad.
En el nº 2.850 de Vida Nueva. Del 1 al 7 de junio de 2013.
LEA TAMBIÉN:
- IGLESIA EN ESPAÑA: Ante el Día de la Caridad: “Es la hora de las personas”
