Editorial

La mansedumbre de un discípulo llamado Pagola

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José Antonio Pagola hace memoria. Y examen de conciencia. A los 85 años, el teólogo español más leído y traducido reflexiona sobre su trayectoria vital en Un creyente apasionado por Jesús (PPC), que muestra, a modo de conversación, la travesía recorrida por un discípulo misionero que ha querido compartir con los demás su pasión por el Hijo de Dios hecho hombre.



Lamentablemente, en esta mirada atrás, Pagola se topa con las hoy demostradas falsas acusaciones de hereje que tuvo que soportar durante cinco años, unos dardos envenenados sin recorrido, que generaron un daño personal y una herida en la reputación del investigador que contó con el respaldo de Roma. Frente a ello, el sacerdote vasco nunca jugó a ser mártir ni abanderado de insurgencia alguna, sino que ha soportado los ataques con la dignidad y mansedumbre de quien sabe que “Jesús conocía mi corazón”.

El paso del tiempo ha puesto de manifiesto que su manera de acercarse al Buen Pastor ha propiciado que miles y miles de personas en todo el planeta se apasionen como él por el Maesto, desde una mirada profundamente eclesial, profundamente de Dios.

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