EDITORIAL VIDA NUEVA | Pocas instituciones como la Iglesia tienen tan claro que “lo justo no siempre coincide con las leyes promulgadas”. Y así lo hace saber a la menor ocasión, sobre todo en contextos especialmente vulnerables.
La última prueba la encontramos en Honduras, uno de los países más pobres del mundo, pero bendecido por una belleza natural incomparable. Un don de Dios que, sin embargo, vuelve a verse amenazado por los intereses económicos de empresas mineras sin escrúpulos.
Desde la Diócesis de La Ceiba, exigen a estos proyectos –y a las autoridades responsables de su aprobación– mayor transparencia en sus actuaciones y un diálogo fluido con las comunidades afectadas. De nuevo, la voz eclesial se alza con fuerza contra las injusticias.
En el nº 2.855 de Vida Nueva. Del 6 al 12 julio 2013.
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