Editorial

El riesgo de los conventos encerrados en sí mismos

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La vida contemplativa española preocupa. Y no solo por el envejecimiento. También por algunas resistencias que se están dando para acoger la constitución apostólica Vultum Dei quaerere y la instrucción Cor orans. Así lo expresa José Rodríguez Carballo, secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, en su mensaje para la Jornada ‘Pro orantibus’, que se celebra el 12 de junio.



Su contundencia responde a la oposición de ciertos conventos para sumarse a la requerida colaboración entre monasterios, además de acabar con cualquier abuso de poder de puertas adentro. “Tenemos que decir claramente un ‘no’ a monasterios aislados y, por lo mismo, a monasterios que no formen parte de una estructura de comunión: federación, asociación, congregación monástica”, sentencia sin circunloquios Rodríguez Carballo, que llega a advertir sobre una “deriva sectaria”.

En alerta

Una alerta para las abadías, pero también para quienes, de forma más o menos intencionada, están ejerciendo de asesores, azuzando más que acompañando, con intereses cuestionables que van más allá del sano discernimiento sobre el presente y el futuro de las comunidades de clausura.

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