Editorial

El equilibrio preciso para llevar el timón en la CEE

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“Lejos de imponer, Blázquez escucha a las mayorías y no descuida a las minorías”

cardenal Ricardo Blázquez, presidente de la CEE, Asamblea Plenaria de la CEE abril 2016

El cardenal Blázquez, en la sesión inagural de la 107ª Asamblea Plenaria de la CEE

EDITORIAL VIDA NUEVA | La apertura de la CVI Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal ha permitido reafirmar el liderazgo de Ricardo Blázquez. Ya a los pocos meses de su llegada a la presidencia del Episcopado comenzaron a difuminarse las dudas sobre sus dotes de mando para llevar el timón.

Entonces llegó sin programa, pero sí con una impronta personal que huye de la confrontación –que no de la resolución de los conflictos– y prima la colegialidad y delicadeza en el trato. En su minucioso discurso ante los prelados apostó por la actualización frente a la ruptura ante la encrucijada política actual, presentando a la Iglesia como motor social y no como enemigo atrincherado.

Esta misma fórmula de moderación y diálogo parece aplicarla en la Casa de la Iglesia, recuperando el equilibro entre lo moral y lo social, la justicia y la misericordia.

El arzobispo de Valladolid sabe que no todos los obispos ven la realidad con las gafas de Francisco, pero lejos de imponer, escucha a las mayorías y no descuida a las minorías. Lo aplica desde su conocimiento del Vaticano II y la reciente historia del Episcopado con unas fracturas internas y externas que todavía precisan de tratamiento, al menos, ambulatorio.

En el nº 2.985 de Vida Nueva. Del 23 al 29 de abril de 2016

 

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