“Lejos de imponer, Blázquez escucha a las mayorías y no descuida a las minorías”

El cardenal Blázquez, en la sesión inagural de la 107ª Asamblea Plenaria de la CEE
EDITORIAL VIDA NUEVA | La apertura de la CVI Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal ha permitido reafirmar el liderazgo de Ricardo Blázquez. Ya a los pocos meses de su llegada a la presidencia del Episcopado comenzaron a difuminarse las dudas sobre sus dotes de mando para llevar el timón.
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Entonces llegó sin programa, pero sí con una impronta personal que huye de la confrontación –que no de la resolución de los conflictos– y prima la colegialidad y delicadeza en el trato. En su minucioso discurso ante los prelados apostó por la actualización frente a la ruptura ante la encrucijada política actual, presentando a la Iglesia como motor social y no como enemigo atrincherado.
Esta misma fórmula de moderación y diálogo parece aplicarla en la Casa de la Iglesia, recuperando el equilibro entre lo moral y lo social, la justicia y la misericordia.
El arzobispo de Valladolid sabe que no todos los obispos ven la realidad con las gafas de Francisco, pero lejos de imponer, escucha a las mayorías y no descuida a las minorías. Lo aplica desde su conocimiento del Vaticano II y la reciente historia del Episcopado con unas fracturas internas y externas que todavía precisan de tratamiento, al menos, ambulatorio.
En el nº 2.985 de Vida Nueva. Del 23 al 29 de abril de 2016
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