Editorial

El triunfo del diálogo

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Felipe-Arizmendi

EDITORIAL VIDA NUEVA | Ha pasado más de una década desde que la Santa Sede le comunicara al obispo de la diócesis mexicana de san Cristóbal de Las Casas que dejara de ordenar diáconos permanentes casados.

Hasta que, recientemente, Felipe Arizmendi recibía una carta de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos permitiéndole retomar esta práctica.

Hoy, tras largos años de desconfianzas, incomprensiones y no pocos sufrimientos, el prelado reconoce satisfecho a Vida Nueva que “el camino humilde, paciente y perseverante en el diálogo eclesial, tarde o temprano, da sus frutos”.

Y ofrece dos pistas para que triunfe la comunión: humildad y valentía. ¡Ojalá que este triste episodio con final feliz sirva como lección!

En el nº 2.899 de Vida Nueva

 

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