Editorial

Dar pie y voz a las nuevas generaciones

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caras y pies de cien jóvenes que participan en el Encuentro Europeo de Jóvenes Ávila 2015

EDITORIAL VIDA NUEVA | Más de 5.000 peregrinos participan del 5 al 9 de agosto en el Encuentro Europeo de Jóvenes organizado en Ávila con motivo del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús. Ante este acontecimiento, Vida Nueva ha querido tomar el pulso a esta nueva generación de cristianos a través de un sondeo. Cien de ellos, de edades comprendidas entre 14 y 32 años, toman la palabra y revelan cómo viven su fe.

En sus respuestas no se perciben discursos prefabricados, pero sí con las ideas claras reflejadas a través del lenguaje telegráfico y espontáneo propio de la redes sociales en las que se mueven. Así, han perfilado un retrato de sí mismos, incluso de forma literal, echando mano de sus teléfonos, con un selfie de sus rostros, pero también con una imagen de sus pies, los que les han llevado a Ávila tras los pasos de Jesús y de la santa española más emprendedora.

En esta mirada a la realidad, los jóvenes presentan a Dios como aquel que les acompaña en lo cotidiano, pero reconocen la dificultad de contagiar la Buena Noticia a cuantos les rodean, en tanto que son conscientes de vivir en una sociedad que no invita a creer y donde la religión parece no aportar nada a la vida de sus amigos, compañeros de estudio o de trabajo…

En un tiempo en el que
la Iglesia ha de salir de sí misma,
estos chicos y chicas que viajan a Ávila
han de ser escuchados,
no ser solo destinatarios de un mensaje catequético.

Este marco no exime de responsabilidad a la Iglesia. Porque prácticamente la mitad de los jóvenes que participan en el cuestionario no se sienten acompañados. No deja de ser un porcentaje llamativo, en tanto que quienes responden tienen un vínculo espiritual con una parroquia, un colegio o un movimiento, o lo que es lo mismo: si uno de cada jóvenes creyentes no se ven atendidos por una institución que forma parte de sus vidas, esto exige una seria reflexión. Vayamos más allá: si se formulara esta cuestión a los que no pisan un templo, ¿cuál sería su visión de la Iglesia?

Esta cierta orfandad da un giro cuando la pregunta se personaliza en la figura de Francisco. Ocho de cada diez aplaude a este Papa en tanto que precisamente ha roto cualquier barrera para sintonizar con las periferias. Es más, cuando se les pregunta sobre qué piden a la Iglesia, su listado coincide con los postulados de la Evangelii gaudium: una apuesta firme por los pobres, una mirada propositiva, mayor transparencia, reforzar el papel de la mujer, un lenguaje más cercano, valentía en la pastoral…

Esta sintonía papal dice mucho de las intuiciones, un colectivo que está dispuesto a “hacer lío” con más madurez de la que se les estima. Reposar sus respuestas puede dar luz a quienes se ven inmersos en elaborar y poner en marcha planes de pastoral. Para que no se elaborasen de arriba abajo. Ni tan siquiera de abajo arriba. Para que se aparque una pastoral para jóvenes, y se edifique una pastoral con los jóvenes como actores reales con voz y voto.

En un tiempo en el que la Iglesia ha de salir de sí misma, estos chicos y chicas que viajan a Ávila han de ser escuchados, no ser solo destinatarios de un mensaje catequético. Ellos pueden marcar el paso en el apremiante diálogo con los alejados. Eso sí, si se les hace copartícipes. Solo si se les da pie.

En el nº 2.952 de Vida Nueva. Agosto 2015

 

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