Editorial

Conventos vacíos, abiertos por fraternidad

Compartir

EDITORIAL VIDA NUEVA | “Los conventos vacíos no le hacen falta a la Iglesia para transformarlos en hoteles y ganar dinero. Los conventos vacíos no son nuestros, son para la carne de Cristo que son los refugiados”.

Esta petición del Papa no le ha pasado desapercibida a la Vida Religiosa. De hecho, será estudiada a finales de este mes, en Roma, en la asamblea general de la Unión de Superiores Generales.

La solución no es sencilla. El propio Francisco lo reconocía. Son múltiples las causas de los cierres de conventos y, a veces, el patrimonio derivado de su venta o alquiler sirve para sostener proyectos evangelizadores que, de otra manera, quizás fuesen inabarcables.

En todo caso, al abordar esta cuestión, como ya hacen algunas congregaciones, no les faltará la valentía que les demandaba el Papa. Es una nueva llamada a la conversión que, sin duda, se afrontará desde la creatividad. Aunque sea a costa de más estrecheces.

En el nº 2.870 de Vida Nueva. Del 9 al 15 de noviembre de 2013

 

LEA TAMBIÉN:

Suscribirse a Vida Nueva [ir]