La huella social que está dejando la crisis de la pandemia del coronavirus llega a todos los estrados de la sociedad. Lo llevan experimentando en estos meses colectivos como las mujeres e hijos en situación de exclusión del mundo de las prostitución, las víctimas de explotación sexual o las víctimas de la trata de seres humanos… Colectivos que están en el punto de mira en el Día Internacional contra la Explotación Sexual que se celebra este 23 de septiembre.
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Mujeres que crecen en autonomía
Precisamente, con ocasión de esta jornada, las adoratrices han mostrado “su profunda preocupación por el grave impacto que está teniendo la situación de crisis sanitaria, social y económica provocada por la pandemia sobre los colectivos más vulnerables, entre los que se encuentran las mujeres destinatarias de sus recursos”. Ante esta situación, reivindican sus proyectos de atención a las víctimas, teléfonos que funcionan las 24 horas, los equipos especializados en la detección de casos o los centros de día. “El objetivo final es que cada mujer pueda recuperar su autonomía y capacidad de decidir sobre su propia vida”, reivindican.
En este 2020, las religiosas denuncian que la crisis se está cebando en colectivos como “las mujeres en situación de exclusión social en prostitución y víctimas de los delitos de explotación sexual y trata sexual”. Por ello reivindican que se facilite “el acceso a todas las medidas de apoyo establecidas en este contexto, incluidas las ayudas económicas para paliar las necesidades básicas de la población”. En este sentido, denuncian las dificultades que las víctimas tienen para tramitar el llamado Ingreso Mínimo Vital: “Ninguna de las mujeres que atendemos en toda nuestra red en España ha podido acceder a la ayuda en este tiempo”.
Los proyectos vinculados a las adoratrices han atendido, durante el Estado de Alarma, a 821 personas en sus servicios de residencias o centros de día. “Esto supone un incremento de alrededor de un 60% respecto del semestre enero-junio de 2019. Es importante señalar que un porcentaje elevado de las mujeres atendidas en este periodo son antiguas usuarias que se encontraron en una situación de mayor vulnerabilidad debido a la crisis”, destacan. Los canales de comunicación se han adaptado a la nueva realidad.
