Enrique Lluc
Doctor en Ciencias Económicas

Profesionales que fomentan el diálogo y la participación


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Otra cuestión esencial en nuestra educación a los alumnos que van a desarrollar su vida laboral, es el fomento del diálogo y la participación. Para ello, debemos, en primer lugar, educarlos en la humildad. Por mucho que sepamos, por mucho que aprendamos y aun si alguno de ellos llega a ser el principal especialista mundial de su materia, nunca lo controlaremos todo, nunca lo sabremos todo, nunca vamos a ser perfectos. Por ello, reconocer que no tenemos la seguridad de contar con las mejores soluciones o de que nuestro análisis es el mejor, es abrir la puerta a escuchar a otros, a dialogar con quienes trabajan con nosotros, a dejar que nuestros subordinados participen en las decisiones que les incumben.



Debemos potenciar, por tanto, la participación de las personas en aquellas decisiones que les van a influir, también en el ámbito laboral y de nuestras ocupaciones. Por ello es importantísimo educar la conversación, enseñar a escuchar, a reconocer errores, a darse cuenta de que errar no es un problema (lo es mantenerse y quedarse en el error y no ser capaz de evolucionar).

Debemos hacer programas en nuestros centros que eduquen en esa humildad de reconocer que no somos como dioses, que somos incompletos y que tenemos nuestros límites. Que eso no significa que no haya nada que hacer, que no tengamos que superarnos, sino todo lo contrario, podemos mejorar, podemos superarnos, pero para alcanzar lo mejor, necesitamos de los otros, de que las decisiones y el trabajo no sean algo individual sino un trabajo conjunto entre varios.

La encíclica ‘Fratelli tutti’ nos da claves sobre esta necesidad de dialogar. El principio de participación de la DSI también nos anima a potenciar la participación social, económica y política de todas las personas. Por ello, nuestros profesionales tienen que ser especialistas en trabajar en equipo, en la escucha de todas las partes implicadas en una labor, en la consecución de consensos y acuerdos para atemperar las posturas más radicales y menos respetuosas con el diferente.

Búsqueda de consensos

Los profesionales que educamos deberían tener un buen entrenamiento en la búsqueda de consensos, en la escucha de todas las partes para lograr avanzar hacia objetivos comunes, en la capacidad de diálogo para construir en las instituciones en las que se encuentren. También para que, en el caso de que lleguen a puestos directivos en sus organizaciones, sean capaces de articular sistemas de participación de todos los trabajadores que comparten labor en la misma organización.

Los profesionales que tienen estas cualidades tienen más facilidad para encontrar las mejores soluciones para superar los problemas que cualquier trabajo acarrea. La capacidad de escucha, la humildad de reconocer que no siempre tenemos la mejor solución, la apertura al diálogo y a las ideas de los otros, nos enriquecen personalmente pero también nos posibilita que encontremos las mejores soluciones a los retos de nuestro trabajo.