José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

La maestría de Alcaraz


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JUEVES

Los pantalones cortos no es lo único que está vetado en el convento de las carmelitas del Cerro. Al parecer, todo lo que venga del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica no pasa del torno. Véanse la constitución apostólica ‘Vultum Dei quaerere’ y la instrucción ‘Cor orans’. Todo lo que huela a Vaticano II tiene más peligro que una minifalda.



Para ello, se han blindado con el asesoramiento del canonista más reputado del país. Juntos, abadesa y asesor, coordinan una red maravillosa para que las federaciones, la apuesta formativa y la renovación conciliar se queden confinadas de la reja para fuera. O lo que es lo mismo… el derecho de admisión en ‘shorts’, tergiversando una normativa de San Pedro, es solo una anécdota.

SÁBADO

Paciencia a los peregrinos que preparan la mochila para ir a Lisboa. El cóctel se agita con más participantes de los inscritos, algo habitual en las JMJ. Pero se añade que los espacios de por sí no son tan extensos como los programados en otras citas papales. “Un nuevo sitio disponed…”.

Tenista

DOMINGO

Final de Wimbledon. El último juego de Alcaraz es un ejercicio de maestría. En una bola, tira de fuerza bruta. En otra, se recrea en la delicadeza de la dejada. En la siguiente, coloca la volea en su punto justo para sacar de sus casillas a Djokovic. Madurez con solo 20 años, que hay quien no alcanza ni a ras de la jubilación. Redescubrir la potencialidad de los jóvenes para aprender de su frescura.

LUNES

Siempre he pensado que algún día nos tocará rendir cuentas. Aunque sea con nuestra conciencia. Por un lado, los pecados de omisión: mirar para otro lado como si no fuera con nosotros para no comprometernos cuando nos jugamos el Reino en ello. Por otro, los cadáveres vivos que dejamos en la cuneta, ignorando que nuestras palabras pueden atravesar como la lanza de Longinos, sin vuelta atrás. Tizonas digitales que asesinan vocaciones a golpe de una falseada corrección fraterna en aras de una pseudoverdad doctrinal ideologizada.

MARTES

Hay quien cita a Teresa de Lisieux, buscando apaciguar a la monja que tiene al lado, echando mano de su obediencia como contemplativa. Si se leyera lo que la patrona de las misiones escribe sobre el sacerdocio… no la citaría.

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