José Lorenzo, redactor jefe de Vida Nueva
Redactor jefe de Vida Nueva

Golpes de calor


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JOSÉ LORENZO | Redactor jefe de Vida Nueva

“Pequeños episodios se han colado por las escasas rendijas informativas que han dejado la prima de riesgo y el rescate invitan a pensar en los inevitables golpes de calor en un verano sofocante. De este pasajero mal también han sufrido estas últimas semanas en el PSOE y en el PP…”.

Un cardenal –con proyección como “papable”–, azote de Obama, que participa en la investidura del candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos pero que pide que no se le malinterprete, que él solo va a rezar; un Ecce Homo restaurado que mueve a risa, y su autora, nuevo icono en las redes sociales, que activa las teclas de la piedad; un canal de televisión que programa una serie sobre el caso de los niños robados y su intérprete –que pone toca a una monja malvada– que justifica su papel “porque hay que contarlo” sin que siquiera el tribunal encargado del asunto haya dictado sentencia ni, por tanto, a los acusados se les haya caído aún la etiqueta de presuntos…

Estos son algunos de los pequeños episodios que se han colado por las escasas rendijas informativas que han dejado la prima de riesgo y el rescate que nadie quiere y todos buscan, y que invitan a pensar en los inevitables golpes de calor en un verano sofocante. De este pasajero mal también han sufrido estas últimas semanas en el PSOE y en el PP.

El primero critica que la Conferencia Episcopal no haya respondido a sus requerimientos para hacer un frente común contra la política inmigratoria del Gobierno, que cercena los derechos de los más desvalidos a la sanidad.

Resulta llamativo el repentino interés por la medición eclesial cuando se ha ninguneado en tantas otras ocasiones a la Iglesia mientras era este partido quien decidía –también sin el consenso deseado– las políticas sociales. Aunque da la sensación de que se ha utilizado esta mano tendida para dejar en evidencia unos silencios vergonzosos que cada vez son menores entre los obispos, afortunadamente.

Y sin sonrojo aparente, pese al sofocón, pasa el PP en alguna comunidad como Valencia de besar anillos episcopales –en un gesto que creíamos ya desterrado– a no pagar las subvenciones a centros de acogida tutelados por la Iglesia. Vamos, un simpa en toda regla.

Aunque se esperan también altas temperaturas, es de desear que el otoño traiga un poco de sentido común a todos. Lo necesitamos más que a la Merkel.

En el nº 2.813 de Vida Nueva.